El "error" que cometió Zapatero con sus hijas cuando se sacaron la foto con los Obama: "Se empeñaron"

María Ángeles Gómez de Celis, exsecretaria de Moncloa, cuenta en 'Fin de Semana' qué pasó con esa polémica foto

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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32 años ha trabajado María Ángeles López de Celis en el Palacio de la Moncloa formando parte de la secretaría de los cinco primeros presidentes de nuestra democracia: desde Adolfo Suárez hasta José Luis Rodríguez Zapatero.

De Celis que actualmente trabaja en el Ministerio del Interior en la Dirección General de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, ha publicado su tercer libro en el que habla de aquellos años que pasó en Moncloa, de los presidentes y de sus mujeres. En realidad ‘Los presidentes en zapatillas y sus primera damas’ es un compendio de sus dos anteriores obras ‘Los presidentes en zapatillas’ y ‘Las damas de la Moncloa’ como respuesta a todas las peticiones que recibe de que siga contando las cosas de palacio… del Gobierno.

“Siempre me piden que defina a los presidentes en una palabra o me preguntan si ‘es verdad que…’” le dice María Ángeles a Cristina L. Schlichting en ‘Fin de semana’.

De Celis empezó a trabajar en Moncloa muy joven y con Adolfo Suárez de quien confiesa que “este hombre ya cambió mi vida para siempre”. Y, a pesar de estar pensando siempre en esa “sensación de provisionalidad porque no es muy habitual que la misma persona continúe durante tanto tiempo al servicio de presidentes tan dispares con unas ideologías tan distintas”, se mantuvo en su puesto 32 años.

“La niña” de Adolfo Suárez

“La niña”, así se refería Adolfo Suárez cuando hablaba de María Ángeles que tenía 21 años cuando empezó a trabajar con el presidente del Gobierno.

De Suárez destaca que ha sido “el jefe más agradecido que hemos tenido y a todos nos consideraba importantes”; además de resaltar que “era un hombre muy entrañable, con mucho carisma pero a la vez muy a pie de la gente normal”.

De todos es sabido que a Amparo Illana, mujer de Adolfo, no le agradaron los años que pasó en Moncloa porque como afirma la escritora “no entendía la política, no entendía que a su marido le apasionara tanto y no le gustaba nada aquello”. Recuerda De Celis que Amparo era “una mujer insegura con mucha tendencia a la depresión y todo eso hacía que vivir en Moncloa le costara mucho”.

De la amistad y la estrecha relación que mantenía el presidente y el Rey Juan Carlos I, Amparo encontró en la Reina Sofía un gran apoyo durante los años que vivieron en Moncloa, “la Reina siempre intentaba animarla”, comenta.

Obras en Moncloa ante la llegada de los Calvo-Sotelo y la gran familia

Pilar Ibáñez Martín, mujer de Leopoldo Calvo-Sotelo, sí que disfrutó de su estancia en Moncloa ya que “como su padre había sido ministro de Franco había vivido ese ambiente político en casa”, recuerda la escritora al hablar de este matrimonio que era “un tándem perfecto”. .

Ya los Suárez eran familia numerosa con 5 hijos y vivían algo apretados, pues imagina cómo lo hacían Calvo-Sotelo y su mujer con 8 hijos, por los que tuvieron que hacerse obras en la vivienda del presidente que como detalla María Ángeles “no tenía muchas habitaciones”.

Describe que en la vivienda “hay como un tercer piso que estaba abuhardillado y que generalmente no se utilizaba como vivienda ni como habitaciones, pero con todos aquellos muchachos no hubo más que remedio que adaptarlo como fuera”.

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Un solitario y bipolar Felipe González

“Muy callado y poco comunicativo, incluso huraño a veces hasta el punto de llegar a ser maleducado”, así describe María Ángeles al tercer presidente de la democracia española, Felipe González, que llegó a Moncloa en 1982.

Destaca también que era una persona “bipolar, un hombre muy especial al que le gustaba trabajar en soledad”.

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Con Aznar empezó el cambio

José María Aznar fue elegido presidente del Gobierno en 1986 y desde ese momento empezaron a cambiar las cosas en Moncloa, se “trabaja ya de otra manera”, confiesa De Celis. Un cambio de alguna manera motivado porque “Aznar es una persona que no delega, se ocupa de todo y tiene una capacidad de trabajo increíble”.

De José María admira esa capacidad de trabajo porque asegura la escritora que “no he visto a nadie que saque tanto rendimiento del tiempo como Aznar”.

El de Ana Botella y Aznar es uno de los matrimonios que también destaca De Celis, resaltando el papel que llevó a cabo Ana “aparcando toda su actividad profesional durante 8 años para dedicarse exclusivamente a hacerle a su marido esa labor complementaria que hizo fenomenal”.

“Nada más con mirarse, se entendían”, subraya María Ángeles.

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El error que cometió Zapatero con la foto de sus hijas y los Obama

Nada se sabía de ellas, de Alba y Laura, las hijas de José Luis Rodríguez Zapatero. Su mujer, Sonsoles Espinosa, -que tampoco llevó bien el vivir en Moncloa ni asumir el papel de mujer del presidente- se aseguró y cuidó mucho a sus hijas y su privacidad. “Hubo un pacto con los medios de comunicación” de que no apareciesen fotos de ellas, recuerda María Ángeles.

Sin embargo, un viaje a Nueva York dio rompió ese "pacto tácito". Era enero de 2009 y Zapatero, como nos cuenta la escritora, tenía un viaje a Nueva York “al que sus hijas se empeñaron en ir y su padre cedió”.

En esa visita el presidente Barack Obama ofrecía una recepción a los líderes asistentes a la Asamblea General de Naciones Unidas en la que estaban Zapatero, su mujer y sus dos hijas. Fue la Casa Blanca la encargada de difundir las fotos de la familia Zapatero con los Obama en su página web, al igual que hizo con el resto de asistentes.

Una polémica foto que dio la vuelta al mundo, ya no sólo por el interés que generaba poner cara las hijas del presidente del Gobierno sino por el vestuario elegido para acudir a esta recepción. Por aquel entonces las adolescentes Alba y Laura eran góticas y vestían completamente con vestidos largos y negros y botas militares, lo que provocó la burla de muchas personas.

Una foto que, como recuerda De Celis “causó un impacto absoluto porque era muy llamativa y nuca se había visto a las niñas de Zapatero”. Sin embargo, señala la exsecretaria de Moncloa que “se cometió un error tremendo” ya que, a su juicio, “su padre debería haberles dicho que en ese viaje no deberían vestirse así”.

Critica, eso sí, que las hijas de Zapatero “tuvieron que escuchar cosas horribles porque los medios se cebaron con ellas de una forma brutal” incidiendo en que eran unas adolescentes y, además, “encantadoras, dulces y amables”.