Irene Villa lamenta no haber podido consolar a su prima, viuda por el Coronavirus

La escritora ha dedicado el confinamiento a practicar pilates por videoconferencia

Redacción Fin de Semana

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Ha pasado por los micrófonos de Fin de Semana Irene Villa, una de las habituales del programa para contarnos cómo está viviendo el confinamiento.

“He tenido de todas las etapas. Como me lo tomo con alegría y buscando la parte positiva, he pasado las primeras semanas maravillosamente, he aprovechado para parar, tenía la vida un poco ajetreada. El mes de marzo era un mes que no tenía nada libre” ha comentado Irene Villa. “He aprovechado para terminar mi libro, donde cuento mi experiencia vital. Cuento cosas que me han ido pasando más duras”.

“Tenemos el compromiso de ayudar a los que lo están pasando regular, pero no tenía pensado incluir una crisis sanitaria mundial. He incluido a personas que se me han ido por el virus, cómo lo estamos pasando emocionalmente. Pero también tengo que decir que esta semana no la he pasado tan bien” ha dicho la conferenciante “y experimento el problema de la falta de libertad. Los que vivimos en Madrid nos vemos atados de pies y manos y es muy deprimente. Yo estoy con mis tres hijos. También he tenido altibajos, desesperación y soltar algún que otro grito hacia mis hijos. La enseñanza a distancia me ha generado mucho estrés, pero agradezco a los profesores el esfuerzo".

Irene Villa es muy activa en redes sociales, pero es otra faceta de su vida en la que ha tenido que parar un poco: “Me están pidiendo todos los días directos de Instagram, y no me da la vida. Es un tiempo de mucha atención, al final en este confinamiento haces de todo menos descansar". Pero si que puede disfrutar: “Mi internamiento es con una persona que está embarazada. Es un regalo y yo le decía que no podía no ser madre, ahora está de 17 semanas. Todo ha sido muy providencial y esto es un regalo maravilloso que llega en octubre. Ser madre en soledad es duro pero ella sabe que siempre estará con gente. El confinamiento me ha enseñado que lo importante es el amor, estar vivo, la importancia de los abuelos, abrazarlos, el desapego, la cantidad de cosas que nos sobraban y no nos dábamos cuenta".

Aboga por intentar dar un empujón a ese buen humor que hay que tener en la reclusión y con el estado de alarma: “El confinamiento me ha enseñado que lo importante es el amor, estar vivo, la importancia de los abuelos, abrazarlos, el desapego, la cantidad de cosas que nos sobraban y no nos dábamos cuenta. También la sociabilidad, tener relaciones sociales. Estar con las amigas y salir. También algo muy duro: el marido de mi prima, con hijos, fallecido, no poder estar con ella. Lo que más me ha ayudado ha sido pilates y yoga con un profesor por zoom, necesito estiramientos. Un descubrimiento maravilloso, todos los días hago una hora" ha finalizado Irene Villa.