El llanto de Encarna, la suegra del fallecido en el tiroteo de Santovenia: “Mi nieto se ha quedado sin habla”

Conoce en 'Fin de Semana COPE' todos los detalles acerca del asesinato ocurrido en la localidad pucelana de Santovenia de Pisuerga

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La mayoría de los medios de comunicación se desplazaban ayer hasta Valladolid, donde un hombre se entregaba a la Guardia Civil tras pasar horas atrincherado con un rehén en la localidad pucelana de Santovenia de Pisuerga, una circunstancia que coincide con el 25 aniversario del rescate de Ortega Lara, en el que la Unidad Especial de Intervención tuvo un papel fundamental. El hombre mataba en la madrugada del jueves al viernes a otro de 45 años con un arma de fuego en el portal del edificio donde vivían ambos, en la que también disparaba al teniente coronel Pedro Alfonso Casado, jefe de la UEI, quien en estos momentos y tal como avanzaba Nacho Abad en 'Fin de Semana COPE', "se encuentra estable dentro de la gravedad".

Los hechos, al detalle

Pero, ¿qué ha pasado? ¿por qué ha ocurrido esto? Desde hace un tiempo estas dos familias estaban enfrentadas. La primera de ellas estaba formada por el fallecido Dionisio, conocido como "el Dioni", su mujer Carolina y sus dos hijos, Aitor de 27 años y otro menor de 17. Por su parte, la otra la constituían Chiqui, el presunto asesino, su mujer y sus dos hijas. Según Encarna, suegra del fallecido, todo comienza cuando su familia decide pinchar una rueda del coche de Chiqui, lo que causa una bronca entre ambas mujeres que no va más allá. Cuando esto ocurre, su hija se va a tomar algo con su marido y, al volver, encuentran a un grupo de al menos seis personas que se enzarzan en una brutal pelea que termina con ambos en el hospital.

Nada más ser dado de alta, Dionisio vuelve a casa con su hijo mayor y cuando se dispone a entrar en su casa, "Chiqui le pega un tiro delante de Aitor", quien pudo salir corriendo para avisar a la Guardia Civil, que conociendo los últimos acontecimientos, no se encontraba lejos. Mientras, el hijo menor, quien se encontraba en el piso de su abuela, "se dio cuenta, bajó corriendo y le pegó un puñetazo a Chiqui, a quien se le cayó la pistola". "Mi nieto se ha quedado sin habla porque dice que no hizo nada por su padre, que no le quito el rifle, que no se metió por medio". "Por más que se lo decimos, no se lo cree, piensa que ha sido él", contaba Encarna a Abad.

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Una vez que la Guardia Civil llega al edificio, Chiqui ya se ha atrincherado en su casa con un rehén, el novio de una de sus hijas, "del que no pueden decidir si es o no un colaborador". Inmediatamente se llama a la Unidad Especial de Intervención, quien entra con un negociador y el teniente coronel, quien tiene la mala suerte de ser disparado a la altura de la cabeza, aún llevando un casco protector.

Abad no se despedía sin agradecer a los agentes su "enorme profesionalidad", quienes aguantaron hasta el final y terminaron convenciendo al presunto asesino. Pero esto no termina aquí ya que, en las próximas semanas, "habrá una especial vigilancia para que no haya una venganza".