Padre Abdo, Carmelita Descalzo en Siria: "Hay una fobia del seísmo y la gente no quiere volver a sus casas"

El religioso ha estado en 'Fin de Semana' y ha lamentado que "el embargo en el país ha bloqueado la llegada de ayuda internacional"

Redacción Religión

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El Padre Raymond Abdo, responsable de los carmelitas descalzos en Líbano y Siria, ha estado en el programa 'Fin de Semana' para comentar lo que está sucediendo en Alepo, ciudad duramente golpeada por el terrible terremoto. En el país, además, a las tremendas consecuencias del seísmo, se suma el embargo internacional. Bashar al-Assad ganó la guerra con el apoyo de Rusia y allí empezó el embargo, aunque lo cierto es que en estos momentos convendría desconvocarlo, cuanto menos temporalmente, porque impide que llegue la ayuda internacional.

En esta situación de desastre muchas personas ni siquiera han tenido el consuelo de los equipos de rescate internacionales o de la ayuda de emergencia. La ciudad de Alepo es una de las más castigadas y vive esta situación, además después de la guerra contra el Daesh.

En el programa 'Fin de Semana' de COPE, el Padre Raymond ha subrayado que la situación en el país “no es mucho diferente de lo que se vive en Turquía, la diferencia es que allí sí que han llegado muchas personas para ayudar de todo el mundo, pero en Siria el embargo ha bloqueado muchas posibilidades económicas y humanas. A pesar de todo esto, mucha gente del Líbano con sus coches u organizaciones como Cáritas o Cruz Roja han llegado para ayudar”.

Las autoridades religiosas han pedido la suspensión del embargo internacional y los patriarcas y muchas organizaciones han escrito una carta a las Naciones Unidas: “Esto es muy importante porque la gente que está bajo los escombros de sus casas o la gente que busca con cariño a sus hijos y a sus padres, no tienen nada que ver con las políticas y con las guerras”.

Tras el derrumbe de muchas casas, la Iglesia ha abierto sus iglesias, parroquias y hasta conventos de clausura para acoger a las personas que no tenían un lugar donde dormir. Hasta un pequeño convento de monjas de clausura ha abierto su monasterio: “Son una pequeña comunidad y aun teniendo dos hermanas enfermas, han abierto todos los lugares disponibles para acoger a diez familias”.

Alepo es una de las ciudades más castigadas y las Iglesias atienden en esta ciudad a unas 18 mil personas cada día. Preguntado por las necesidades más acuciantes en estos momentos, el Padre Raymond Abdo subraya que la cosa más importante para todas las personas es “conocer el destino de sus seres queridos que están bajo los escombros”.

Asimismo, otro gran problema que tiene la gente ahora es la “fobia del seísmo”: “Las personas no vuelven a sus casas porque tienen mucho miedo. Comida y ropa se está asegurando lentamente, pero en toda Alepo hay más de 60 mil personas que necesitan ayuda. Por ejemplo, hemos descubierto que las familias que tienen niños muy pequeños no tienen leche […] no existe una buena asistencia médica para las operaciones en los hospitales”.