Potenciar las inteligencias de tu hijo: La respuesta que no debes dar cuando pregunta por el color del cielo

Carmen Candela, endocrinóloga, y el psicólogo Pedro Martínez, explican en COPE cómo seguir manteniendo la curiosidad con el paso de los años

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

¿Por qué perdemos la curiosidad con el paso de los años? ¿Cómo podemos seguir manteniéndola a pesar de la rutina? La endocrinóloga Carmen Candela y el psicólogo Pedro Martínez analizan las claves para retener la curiosidad y apunta a la frase que nunca hay que dar como respuesta cuando un niño pregunta a su madre y a su padre por qué el cielo es azul o naranja, lo que potencia sus inteligencias.

“No es que haya que despertar la curiosidad, no hay que cargársela, nos sirve a todos los humanos para aprender”, comentaba la directora de Fin de Semana, Cristina López Schlichting. “Es verdad que todos nacemos con esa características. Cómo es de agotador el niño cuando empieza a balbucear “por qué” y pregunta por todo, es un coñazo, son las primeras palabras al margen de 'mamá' y 'papá'. Es una pena pero conforme vas creciendo esta capacidad va disminuyendo. La capacidad de asombro es el origen de las preguntas que nos hacemos, y estimula la inteligencia y la memoria. Sin observación no hay asombro”, explicaba la colaboradora Carmen Candela.

Así, el psicólogo explica que “todo ese entramado neuronal necesario para el aprendizaje se está generando a esta edad, aunque también lo hace durante toda la vida, pero la infancia es importante”. “Cuando hablamos de las inteligencias lo que sirve es tener un cerebro preparado para hacer conexiones”, añade.

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¿Realmente vamos perdiendo neuronas con los años?

Uno de los temas que ha querido comentar Cristina ha sido que, mientras antes pensábamos que nacíamos con unas neuronas, que se iban perdiendo con los años, ahora un estudio ha identificado que la plasticidad del cerebro sigue viva hasta el final, generando nuevas conexiones neuronales, incluso en la tercera edad. “Porque nos centrábamos demasiado en el CI, y a los 14 años se acaba la posibilidad de ir creando más CIs pero se ha descubierto que vamos generando neuronas toda la vida, pero con el deterioro cognitivo se destruyen más que se crean”, aclara Martínez.

“El adulto va perdiendo la ilusión por vivir, por cuestionar todo, cuando lo damos todo por sentado, ahí es cuando tenemos que tener cuidado. El niño y el adolescente tienen una curiosidad innata”, asegura Candela. La endocrinóloga ha señalado la frase “anda que con lo vieja que soy no lo iba a saber”. “Pues igual hay cosas que tengo que desaprender. Hay pensamientos que he tenido que ir rectificando a lo largo de la vida. El enemigo de la curiosidad es la rutina”.

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La respuesta que no hay que dar al niño

El psicólogo Pedro Martínez comentaba en Fin de Semana que “puede haber una mayor tendencia de unos niños a ser curiosos, pero todos tenemos el potencial y, si el niño se equivoca, el papel del padre y la madre es potenciar que siga intentándolo y no limitar experiencias pensando que no es capaz”. Y es que, advierte, todo lo que anticipemos se va a cumplir, es una profecía autocumplida.

Más concreta era Candela, que comentaba la frase que no debemos dar a los niños cuando nos pregunten cosas como, por ejemplo, el por qué del color del cielo: “El gran problema es que los padres y los abuelos perdamos la curiosidad, porque no seguimos al niño, tenemos que salir de la rutina y nos tiene que divertir ese punto del asombro del ser humano. El adulto tiene que estar más atento que el niño. Si el niño te pregunta “por qué el cielo es naranja” no responderle “qué pesado”.

Hay que intentar ser jardineros en vez de carpinteros con nuestros hijos. Tenemos que dejar que el niño experimente”, asegura el psicólogo, una frase que ha encantado a Candela. “¡Qué bonito Pedro!”.

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