“Ser Funambulista refleja lo que llevo haciendo desde hace 20 años, disfrutar del vértigo”

Diego Cantero presenta en Fin de Semana su nuevo trabajo 'Observatorio', que además llevará al WiZink Center en concierto

Diego Cantero presenta en Fin de Semana su nuevo trabajo 'Observatorio', que además llevará al WiZink Center e

Cristina L. SchlichtingMiguel Soria

Publicado el - Actualizado

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Casi a la vez que las estribaciones de la movida, seguíamos a toda una serie de cantantes, muchos de ellos sudamericanos, que llamábamos ‘cantantes protesta’. Ahora hay una nueva generación de cantautores que a lo mejor no conoces pero en tu casa suenan y que emocionan con coros e instrumentos que recuerdan al pop de los años 2000, y a este pop le añaden una fuerte dosis artística en forma de versos. Son cantantes con una gran dosis de poesía. Suelen soñar con emocionar en pequeños bares a un público selecto y romántico y acaban llenando grandes pabellones de grandes urbes y son músicos de formación profesional que se salen de los cauces de la ortodoxia para dar saltos que no tienen límites.

Diego Cantero es uno de ellos, comenzó en ámbitos selectos, reducidos y ahora salta al WiZink Center de Madrid, y lo ha llenado vendiendo todas las entradas. Se hace llamar ‘Funambulista’ porque “camino por un alambre procurando disfrutar del vértigo, y se parece bastante a lo que llevo haciendo en los últimos 20 años de mi vida. Creo que, de manera metafórica, en este oficio vivo así. Terminar una canción es bueno y a la vez es malo porque estás con la duda de si grabarás otra, y por encima de todo cabe la incógnita de si seguirás conectado con la gente, si lo escribes hoy llegará tanto como lo que escribiste ayer”.

Cantero reconoce que el que le digan “¿no podrías haberte dedicado a algo seguro como la banca?” es “algo común a toda la generación, estamos a la sombra de otros grandes como Pedro Guerra o Ismael Serrano. Creo que lo bueno, pasados los años, es que hemos aprendido que la música es un oficio en el que somos más artesanos que artistas y que, a fin de cuentas, no entramos en ello con el concepto de riqueza o fama, sino de pretender ejercer un oficio que poco a poco nos iba quedando bien gracias a la gente que venía a vernos”.

En 2007 pasa de ser Diego Cantero a Funambulista, ¿por qué? “Era el momento en que un nombre propio a nivel industria y a nivel grado de conocimiento era un escollo”, explica Diego, “porque todavía olía a esos cantautores que, por lo visto, en ese momento, no estaban de moda. Gracias a artistas como Pablo Alborán o Pablo López, con nombres propios, poco a poco se volvió a coger ese nombre propio, pero a nosotros nos pilló en un momento el cual, por un lado, sentía eso, y por otro, me interesa muchísimo la parte musical, la producción, y eso nos diferencia de generaciones anteriores”.

Sobre su fuente de inspiración a la hora de componer, Funambulista asegura que es “estar tranquilo, ver la vida como cualquier otro, procurar hacer la rutina dentro de mi oficio, que tiene mucho que ver con estar fuera de casa, pero, aun así, siendo alguien casero, me gusta fijarme en las mañanas que voy a llevar a mi niña a la guardería, los paseos que doy con mi perro o las noches que bajo a Madrid a tomar una cerveza con mis amigos, creo que es el filtro y es la manera de verlo lo que puede dar belleza o contenido a un paisaje plano”.

Yo estaba en la independencia musical y estuve mucho años”, relata, “últimamente una discográfica no descubre a un artista, alguien tiene que tener algo, y ese algo no es magia ni talento, que también, sino que debes haber demostrado un bagaje, un público, no se arriesga. Me di cuenta hace ya años y no me puse a llamar a las puertas de las discográficas hasta que no supe que tenía el acceso, y fue un lujo al final. Cuando ves que te asignan a un equipo que confían en ti y te ayudan a amplificar es una maravilla”.

Va a tocar en el WiZink Center, un paso de gigante que describe: “Hace siete años que llegué, yo soy de Murcia y me vine aquí. Esa primera noche de la mudanza me fui a tocar a un bar llamado ‘Libertad 8’ donde suelo volver a tocar de vez en cuando. Ese día vinieron treinta y tantas personas. Por primera vez miro atrás. Esto es algo que me viene dado y que voy a disfrutar todo lo posible. No son comparables ni hay por qué elegir, probablemente la noche del WiZink la acabe en el ‘Libertad 8’. Nos acogió a muchísimos cuando empezamos. Con 17 años mandé mi primera maqueta y Julián, el regente de allí, me llamó para tocar. Me pagó el tren de vuelta a casa y la noche de hotel, me citó para dentro de seis meses y así fue estuve durante muchos años. No se puede olvidar y es de ese tipo de gente que no lo hace para que lo cuentes sino porque mezcla su hobby con su trabajo y su buen hacer y logra hacer un lugar mítico”.

Una de sus claves es la espontaneidad en sus directos, y cuenta que “muchas veces empiezo el concierto y le digo a la gente que pida canciones. Cuando yo voy de concierto y no se tocan las canciones que he ido a escuchar, me voy a casa de bajón luego, así que intento que nunca le ocurra al que venga a oírme. Por suerte cada vez me piden más y todo cabe, entre pregunta y pregunta todo cabe”.

Puede parecer sorprendente pero tiene canción favorita en el disco: “‘La vida de antes’, un retrato de la España de los 50, de la vida de los pueblos, de la manera lenta de vivir y, bajo mi punto de vista, en muchos casos más sana”. El disco se llama ‘El observatorio’, que es “la calle de debajo de cualquiera, es el barrio de todos nosotros, son los días tristes, los alegres, eso es lo que pretendí fotografiar, varios estados de ánimo, el día de una persona cualquiera”.

Una de las colaboraciones estrella de Funambulista es con Vanesa Martín: “Qué cosa más bonita… cuando se me ocurrió esta canción pensé en ella inmediatamente, sabía que le iba a venir bien”.

Antes del WiZink (8 de febrero) va a estar en Palma de Mallorca, Granada y Murcia. Después, en Salamanca, Tenerife, Valladolid y en las Palmas de Gran Canaria.

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