La madre de Cristina: "Las nevadas durante la IIGM fueron muy duras, los bombardeos habían roto las ventanas"
Ingeborg Schlichting cuenta en Fin de Semana la crudeza del frío en medio de una guerra y cómo se las apañaron para entrar en calor con unas condiciones muy malas
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Hoy ha vuelto Ingeborg Schlichting de sus vacaciones y ha comentado con Cristina las grandes nevadas que han caído en la historia de Alemania, pero sin dejar de hacer referencia a Filomena: “Está todo nevado y helado, mi calle es una de las peores ahora mismo. No puedo salir de casa, parece que 'nos ha mirado un tuerto’”.
Ingerborg Schlichting se ha ido hasta los años 40: “Eran inviernos muy crudos. Eran grandes nevadas y complicadas por la guerra. Lo peor era la combustión. Nosotros en mi casa teníamos una cocina clásica pero no había con qué encender. La cisterna de agua del baño se helaba porque las casas eran sumamente frías. El problema era que no había agua porque las tuberías estaban bombardeadas. Teníamos que ir a fuentes a 15 minutos de casa. El agua de los cubos tenía hielo".
La situación era más complicada porque estaban en medio de una guerra que les había dejado totalmente indefensos frente al frío: “No había cristales en las casas, las bombas los habían destruido, así que el frío entraba. Poníamos cartones, y arriba dejábamos un trozo libre para que entrase la luz. Nos acostábamos vestidos por si sonaban las sirenas".
Comparado con lo que se ha podido vivir esta semana en Madrid, la situación no tiene comparación: “Esta situación no me asusta en absoluto, aquí hay árboles. Allí no quedaban, los habían cortado" ha comentado con respecto a la caída de ramas.