Cristina L. Schlichting: “Años y años de propaganda están vaciando de civismo a la juventud”

Cristina L. Schlichting

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"¡Muy buenos días España! 28 de febrero y esto se ha acabado ya, último día del mes y mañana le dejamos a Carlos Herrera el estreno del nuevo mes de marzo.

Y concluye un mes difícil, la verdad. Febrero de 2021 pasará a la historia como el segundo con más fallecidos desde que comenzara la pandemia. Hemos perdido 10.823 compatriotas, en tanto que en abril de 2020, el peor mes de los registros, fallecieron 15.672. Es el golpetazo de la tercera ola de la enfermedad, de ahí que las autoridades no quieran arriesgarse a una cuarta ola y hayan anunciado en las autonomías que hasta prácticamente la última semana de marzo no se sabrá si podremos movernos entre regiones con motivo de la Semana Santa de abril.

La mala noticia del día, ya lo habéis oído a Iván Alonso, la protagoniza desgraciadamente Cataluña. Años y años de propaganda están vaciando de civismo a la juventud, lo mismo que ocurrió en el País Vasco con la kale borroka. Todo vale. Nuevos disturbios ayer con la excusa de Pablo Hasél. Anoche, lo de siempre; sucursales bancarias atacadas, comercios saqueados, terrazas vandalizadas y hasta un hotel, un NH, con un incendio que pudo ser sofocado por los empleados. La desgraciada novedad fue la quema de un vehículo de la Guardia Urbana, ojo, con los agentes dentro.

Menuda fama de embajadores bolivarianos

La crónica internacional nos lleva a Sudamérica, cuando por dos veces hemos sido tristes protagonistas. En Venezuela, Nicolás Maduro la ha emprendido contra nuestra ministra de Exteriores, Arancha González Laya, que visitaba la vecina Colombia y se interesaba en la frontera por la situación de los casi dos millones de emigrantes que han huido del régimen chavista.

No es de extrañar que el déspota de Caracas se encienda con el Ministerio de Exteriores. Está acostumbrado a la pelotería que le hace Zapatero, el ex presidente español que se pasa allí media vida. Y de Zapatero nos viene también el otro follón. Alberto Navarro, que fue secretario de Estado para la Unión Europea en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, es actualmente embajador europeo en La Habana con el apoyo de Josep Borrell. Bueno, pues el sujeto, fiel a los postulados bolivarianos, ha negado categóricamente que Cuba sea un régimen autoritario.

El representante de la Unión Europea, ojo. Ya os podéis imaginar cómo se han puesto nuestros socios. En declaraciones a Cuba Net afirma con toda tranquilidad: “No, yo no considero que Cuba sea una dictadura. Claro que no”.

Poco después se sumaba a una iniciativa de supuestos intelectuales que han mandado al nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, una carta pidiendo ayuda para el régimen y concretamente que se levante el embargo norteamericano a Cuba. La consecuencia es que un grupo de eurodiputados ha pedido a Borrell la inmediata destitución de Navarro, que ha sido llamado a consultas en Bruselas. Menuda fama de embajadores bolivarianos que nos está saliendo a los españoles.

Al Papa le esperan en Irak, por igual, cristianos y musulmanes

Y esta semana empieza el arriesgado viaje del Papa a Irak, que va mucho más allá de una visita pastoral. Francisco es esperado no sólo por los cristianos sino por los musulmanes, que también han padecido el acoso de los integristas del califato islámico. Irak es un conglomerado de religiones que sólo puede sobrevivir si la tolerancia rige las relaciones y el Santo Padre lleva todo su pontificado impulsando la colaboración.

Los ciudadadanos de Homs, Mosul o Qaraqosh, que fueron expulsados masivamente de sus pueblos de la llanura de Nínive en 2014 y que en algunos casos han regresado, viven esta visita como un signo enorme de esperanza. Vamos a saludar a uno de los expulsados y torturados por aquella matanza, pero antes recordamos lo sucedido en agosto de 2014, cuando los yihadistas entraron en pueblos y ciudades robando casas, coches y negocios y echaron a los habitantes cristianos de la zona.

Este programa tuvo la oportunidad de visitar los campos de refugiados en Kurdistán, en el nordeste del país. Allí conocimos a una familia cuya madre, de 30 años, parecía tener 60 y lloraba constantemente. Alojada con su marido y sus hijos en un contenedor nos contó la terrible historia de su hija Cristina, de tres años,

Es muy difícil ponerse en las entrañas de una madre a la que le quitan de los brazos a su bebé. La familia de Cristina siguió el destino de la mayoría de los desplazados. Llegaron al Kurdistán como pudieron, algunos en coche o en autobús, muchos a pie, durante días. Justamente en Erbil, la capital del Kurdistán, conocimos también a una anciana que había sufrido tanto caminando horas y horas en aquel agosto terrible que había dejado de hablar.

En filas y filas de contenedores se alojaban familias de artesanos, comerciantes, abogados, médicos, que habían perdido el negocio, los colegios de los niños, las casas, todo. Algunos ocupaban descampados de Erbil, otros se hacinaban en las parroquias cristianas, que abrieron sus puertas generosamente. El Padre Douglas, un joven rubio, gestionaba por ejemplo un campamento parroquial con 2.000 personas. Él mismo había sido secuestrado en Bagdad por un grupo de integristas que lo capturaron al salir de su iglesia y lo retuvieron nueve días en un cuarto de baño inmundo donde confiesa que utilizó los eslabones de la cadena con que lo ataban para rezar el rosario. Recordaba los instantes en que, después de una patada en la cara que lo dejó inconsciente, recuperó la lucidez en la prisión.

Entre las más conmovedoras historias de aquellos refugiados se hizo famosa la de la niña Miriam, que con su hermana y sus padres, a los que también conocimos, vivía en los contendores y recordaba a las amigas del colegio de Qaraqosh en el que se había criado. Miriam cantaba fabulosamente y sus melodías fueron un himno de aquellas jornadas trágicas

Este breve repaso del éxodo de la Llanura de Nínive tiene un final feliz porque la cría de la que os hablaba al principio, Cristina, fue finalmente rescatada. Tres años después de la tragedia, cuando las tropas iraquíes pudieron recuperar las ciudades del norte de Irak, Cristina apareció en una familia musulmana a la que había sido entregada y, rescatada, se reunió de nuevo con su madre, su padre y sus hermanos. Y esa mujer, su madre, dejó de llorar".