Schlichting: “Décadas de trabajo conjunto para unir a Europa tras las guerras se van al garete"

Schlichting: “Décadas de trabajo conjunto para unir a Europa tras las guerras se van al garete"

Cristina L. Schlichting

Publicado el - Actualizado

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¡Muy buenos días España, de este primer fin de semana, del primer mes, del año nuevo! Ojalá sea el comienzo de una época mejor.

¿Y por qué lo esperamos todos? No lo sabemos. Simplemente, nuestro ADN lo grita, todo nuestro ser está programado para la esperanza. Hemos nacido para los comienzos, para apostar por el más allá, el plus ultra.

BIENVENIDO 2021

Es bellísimo comprobar esto ¿no te parece? Que deseamos empezar, que estrenar nos entusiasma, que lo nuevo es un territorio incógnito del que anhelamos una y otra vez, incansablemente, lo mejor. Se nos regalan 365 días de un calendario. Traerá disgustos, indudablemente, pero también nuevos encuentros, rostros sorprendentes, reuniones divertidas, paseos inesperados, eventos que no hubiésemos imaginado, en este comienzo de década en plena revolución del mundo.

Muere una era que no ha sido mala del todo, con la larga paz occidental después de las guerras mundiales, con la expansión internacional de las relaciones, con la conciencia creciente de la necesidad de cuidar nuestro medio ambiente. Nace otra de la vertiginosa comunicación, del internet de los objetos que nos permitirá llevar un coche sin tocar el volante o llenar la nevera sin acudir a la tienda, que permitirá estimular con un chip el cerebro para que muchos paralíticos anden, que hará posible operar desde Pekín o Nueva York a un paciente en un quirófano de España.

¿Será mejor o peor esta década? Pues depende de nosotros. De que apostemos por los demás o por el egoísmo. Siempre es así. Por eso hacemos bien en alegrarnos de empezar, porque se nos regala una página en blanco, un cuaderno nuevo, recién oloroso a papel estrenado. Ánimo y adelante, amigo.

Yo me quedo con el saludo de Jordi Sabaté Pons, un joven con ELA, postrado en una cama, sin poder hablar, moverse o comer, que con un gorro de papa Noel y una sonrisa ha recibido el año dejándose inyectar por el vientre una jeringa con champán por parte de su mujer. Porque también quería su copita y su brindis. Cada día, desde hace meses, Jordi nos regala a los que estamos conectados con él por las redes sociales, una esperanza y un empujón. Cada día nos demuestra que la libertad de un hombre postrado puede sacar a delante miles de vidas y esfuerzos. Cuando no puedo más, cuando me fatiga la jornada, abro los escritos que por ordenador dicta con sus ojos Jordi y tiro para adelante como un caballo. Ahí os dejo su mensaje de Año Nuevo.

Gracias Jordi, amigo, campeón, grande y valiente.

LAS SUBIDAS QUE NOS TRAE EL 2021

Y vamos con el Gobierno, que recibe el año subiendo los impuestos. Los de las bebidas gaseosas, los de los autónomos, los de los automóviles, los de los planes de pensiones, los de los seguros, los generales del IRPF o los de sociedades.

Esto no significa sólo menos ahorro o menos ventas. Significa sobre todo, más paro. Porque los gastos de las empresas no sólo van a repercutir en el tomador del seguro o el que compra la coca cola, sino en la cuenta de resultados de las empresas.

El Gobierno ha vendido a bombo y platillo que el presupuesto que se estrena es el de mayor gasto social de la historia. Suben las pensiones, un 0,9 por ciento, y las no contributivas un 1,8. Veremos cómo encaramos esto en un año en que la economía ha recibido un mazazo sin precedentes desde la guerra civil. Habrá que preguntarse si los ancianos, por ejemplo, prefieren una subida del 0,9 por ciento o que sus nietos tengan trabajo en un país donde emigrar vuelve a ser la opción de muchos jóvenes. Porque luego son ellos los que nos sostienen con la jubilación cuando llegan las vacas flacas.

Y más cambios menos importantes, los patinetes eléctricos ya no pueden circular por aceras ni zonas peatonales ni superar los 25 kilómetros por hora a partir de este sábado. Hay otras disposiciones para los coches, pero entrarán en vigor en mayo. Ya sabes, bajadas de velocidad en las ciudades, a 50 kilómetros por hora en vías de dos carriles por sentido, a 30 kilómetros en las de un solo carril por sentido y a 20 por las de un solo carril.

LA SALIDA DEL REINO UNIDO DE LA UE

Y luego, prepara tu pasaporte si piensas ir a Inglaterra de turista a partir de octubre. Ya no servirá el DNI para pasar la nueva frontera. No podrás permanecer en Gran Bretaña más de 90 días. Aunque en principio parece que tendremos las necesidades sanitarias cubiertas, el Ministerio de Exteriores aconseja suscribir un seguro de viaje lo más amplio posible. El roaming (es decir, la gratuidad del móvil para europeos) ya no se aplicará automáticamente.

Décadas de trabajo conjunto para unir a Europa tras las guerras y facilitar las cosas se van al garete

Décadas de trabajo conjunto para unir a Europa tras las guerras y facilitar las cosas se van al garete. Hay que ver qué ligereza la del primer ministro británico, Boris Johnson, diciendo que es tiempo de hacer mejor las cosas que los socios europeos.

Habría que ver lo que diría Winston Churchill, que apostaba por la unidad europea. Hay que ver en lo que ha quedado este Boris que quiso ser como él y ha tenido que recular ya en cosa tan importantes como la lucha contra el coronavirus, que él mismo padeció después de minimizar. Lo bobos que somos los seres humanos cuando nos ponemos estupendos.

En lo de Gibraltar, el Gobierno socialista de España llevará la triste responsabilidad de haber perdido la oportunidad de exigir la cosoberanía de Gibraltar a cambio de que los habitantes de la colonia británica sigan teniendo las ventajas propias de los ciudadanos de la UE. Se les han dado a los llanitos esas ventajas, por ejemplo la supresión de la verja y la aplicación del paso libre desde el peñón sin exigir nada a cambio. Por supuesto, jamás recuperaremos el territorio nacional robado por los británicos cada vez que han expandido el peñón con el aeropuerto y construcciones nuevas. Como dice hoy en su artículo de La Razón Francisco Marhuenda, “ya podemos abandonar cualquier idea de revertir la injusticia del tratado de Utrech, cuando los británicos se quedaron con un trozo de España por la cara”.