Schlichting: "Los expertos dicen que aquí no habrá los problemas de energía de Austria, pero la gente no fía"

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¡Muy buenos días España!

Bienvenido a tu programa de 'Fin de Semana de COPE'. Gracias por dejarnos entrar en tu vida. Te vamos a acompañar sábado y domingo de diez a dos de la tarde.

ES DÍA DE RADIO

Es día de radio. Siempre es día de radio, verdaderamente, pero hoy mucho más, porque llueve. Catorce comunidades autónomas están en aviso por precipitaciones fuertes y persistentes, que en Extremadura se advierten con nivel naranja y pueden llegar a 40 litros por metro cuadrado. Menos agua en ciertos puntos del Mediterráneo y en el sureste peninsular.

Ojo, que, por el puente de Todos los Santos, hay cinco millones y medio de desplazamientos previstos. Muchísimo cuidado con las carreteras mojadas.

"Habrá presupuestos, pero irresponsables y luego, que la población arree"

PRESUPUESTOS Y CÁLCULOS ERRÓNEOS

Y había quien insinuaba que podría no haber presupuestos. Que los socios del Gobierno, lo mejor de cada casa, iban a presentar enmiendas a la totalidad esta próxima semana. Ingenuidades. Habrá presupuestos, porque Pedro Sánchez concede lo que hace falta a quien se lo pida. ¿Qué exigen los de Bildu el acercamiento y la excarcelación de los de ETA? No hay problema. Que los secesionistas catalanes negocian el indulto de Puigdemont, pues allá que vamos, ya lo ha contado Zapatero. ¿Qué los de Podemos quitan la reforma laboral a lo salvaje y multiplican el paro o dejan fotografiar a los policías? Pues miel sobre hojuelas, ¿será por generosidad?

¿Qué exigen los de Bildu el acercamiento y la excarcelación de los de ETA? No hay problema

Las concesiones de última hora al PNV incluyen desde ayer la gestión del Ingreso Mínimo Vital y un empujón a las obras del AVE. Entretanto se tarda siete horas en hacer el trayecto de Madrid a Almería, que es el invernadero de Europa. En el caso de Cataluña, se concede que plataformas como Netflix tengan obligatoriamente programación en las lenguas cooficiales. Esto es un tema de pasta, sobre todo, porque así la producción, que da millones, se la pueden dar a los amiguetes como Roures, que pueden seguir forrándose.

En fin, que sí se votarán y aprobarán las cuentas del Estado. Que por cierto están hechas sobre cálculos erróneos. En los papeles se cifra por ejemplo el barril de petróleo en 60 dólares, y resulta que ya está a 80. O se ignora el actual IPC, que no era tan alto desde hace 29 años, con el recibo de la luz, el tanque de gasolina y los precios de los alimentos mucho más altos. Preparados para los precios del besugo y el cordero estas Navidades.

Y luego está que la economía no crece como se esperaba después de la pandemia. Los ministerios han trabajado con una hipótesis de un Producto Interior Bruto del 6,5 este año. Para alcanzar semejante cifra el país tendría que creer cinco puntos en el trimestre final. Más que improbable.

Habrá presupuestos, pero irresponsables y luego, que la población arree. A ver qué pasa en tu casa si metes más gastos que ingresos. Una población, por cierto, que no es tonta y que anda con la mosca detrás de la oreja. Porque los de a pie no entendemos de IPC o barriles de crudo, pero sí que nos acordamos de que en 2007, cuando la crisis, Zapatero nos dijo que los bancos iban fenomenal, justo antes de que quebrasen. O de que, al principio de la pandemia, cuando en Italia ya estaban con miles de muertos, aquí nos dijeron que tranquilos, que no pasaría nada.

En la ferretería de mi barrio se han vendido todas las existencias de camping gases

Por eso los ciudadanos hacen acopio de latas, o velas. En la ferretería de mi barrio se han vendido todas las existencias de camping gases. Los expertos repiten que aquí no va a haber los problemas de energía de Austria, pero la gente no se fía.

CRIMEN DE LARDERO

Y mientras el Gobierno y sus socios se reparten las cartas para seguir en el poder, en los bares se habla del crimen de Lardero. La triste historia del violador asesino que, apenas salido de la cárcel, lo ha vuelto a hacer, ha matado a un niño de nueve años. Un sujeto que había pedido no salir de prisión. Porque sabía que estaba dispuesto a repetir sus propias fechorías.