Cristina López Schlichting

Schlichting: "España no ha elegido a Sánchez como presidente"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Lejos de mí poner en duda la democracia representativa. El nuestro es un sistema parlamentario donde los Gobiernos nacen del Congreso de los Diputados y Pedro Sánchez es presidente por mayoría sobrada. Hoy tomará posesión del cargo.

Pero querer, querer, la gente no quiere esto. Hay un clamor en la calle a favor de elecciones. La derecha se siente estafada, la izquierda se pregunta si esto no acabará con el PSOE. Los únicos que se alegran son los mediopensionistas. Los que gritan con entusiasmo “Sí se puede” son los de Pablo Iglesias, que ya habían abandonado toda esperanza de pisar moqueta. Y los separatistas, claro, que sienten un inquietante alivio.

No es cierto que no haya habido elecciones porque Mariano Rajoy no dimitiese. El sistema español sólo contempla la moción de censura constructiva, esto es, según la ley, una vez planteada la moción es obligatorio que el resultado de la votación se respete. Rajoy no podía parar nada. El letrado de las Cortes, Manuel Fernández Fontecha, explica que una moción de censura no se interrumpe, no decae porque dimita el jefe de Gobierno.

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Si no hay elecciones en España es porque a Pedro Sánchez no le interesa. Todo su esfuerzo vital es ser presidente, en su partido lo saben de sobra. Y hará cuanto pueda para seguir siéndolo.

Hoy la pregunta es ¿Y ahora qué? Porque gobernar con 22 partidos es un lío de cuidado. Ayer mismo Podemos, Compromís, PDeCat, ERC y Bildu se enfrentaron en el Senado a los presupuestos que el PSOE prometió no tocar al PNV. El nuevo Ejecutivo no tiene fuerza. Apenas cuenta con 85 escaños, frente a los 137 que tenía el Partido Popular, que ya las pasaba moradas para gobernar. ¿Cómo lo va a hacer?

O Pedro Sánchez se apoya en los separatistas o en los antisistema. O susto o muerte. A los primeros les guiñaba un ojo el presidente hablando de “nación de naciones”.

Nación de naciones para los separatistas. Y, ¿qué se podría compartir con Podemos y sus confluencias? Pues grandes gastos no, por el techo de gasto europeo y el respeto a los presupuestos recién firmados, así que habrá que pensar en el capítulo cultural. Si alguien quiere anticiparse, que observe las ideas que Compromís y el PSOE ponen en práctica en Valencia medidas contra la enseñanza concertada y la libertad religiosa, por la lengua como signo identitario de confrontación y por la disgregación territorial.

Son cambios gruesos, polémicos, profundos, que requerirían sólidas mayorías y, desde luego, nuevas elecciones. Se fue el partido de la corrupción y llega el de los ERES… pero con 85 escaños. El follón, pues, está garantizado. Y eso no lo quiere la mayoría. La mayoría, creo no equivocarme, quiere que el presidente disuelvas las Cortes y convoque elecciones.

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