Schlichting: “Isabel II ha sido una gran mujer y una gran monarca, pero no ha sido 'superwoman'”

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Alcaraz a un paso de convertirse en número uno del mundo

Alegría, con todos los españoles por ese chaval de Murcia, Carlos Alcaraz que, ahora que Nadal va tomándose las cosas a otro ritmo, demuestra que el deporte de élite no es en España excepción, sino regla. Que tenemos un cupo fijo de líderes, de deportistas de primera capaces de luchar y sufrir como campeones. Alcaraz juega mañana la final del Open de Estados Unidos y podría ser número uno del mundo. Con sólo 19 años. Diecinueve. Un ejemplo.

US Open Grand Slam 2022

Flushing Meadows (United States), 09/09/2022.- Carlos Alcaraz of Spain reacts as he plays Frances Tiafoe of the US during their semifinals match at the US Open Tennis Championships at the USTA National Tennis Center in Flushing Meadows, New York, USA, 09 September 2022. The US Open runs from 29 August through 11 September. (Tenis, Abierto, Francia, España, Estados Unidos, Nueva York) EFE/EPA/CJ GUNTHER

"Mantengamos el oremus"

Conviene, conviene poder decir algún titular -aunque sea una frase deportiva- que no vaya exclusivamente de la reina de Inglaterra, qué barbaridad. Presentamos nuestras condolencias a la Gran Bretaña y les felicitamos por una vida de 96 años fecunda y cumplida, pero hay que ver qué atracón de teles con carrozas y armiños, de lecciones de historia y de comentarios luctuosos. Me recuerda muchísimo a la boda de Carlos de Inglaterra y Lady Di, en la que mi tía nos sentó a mi hermana y a mi delante de la tele.

Es verdad que estamos en una aldea mediática, con personajes universales que hemos aprendido a conocer en series como The Crown. No voy a decir yo que una monarca con 70 años de trabajo a sus espaldas no haya favorecido a Gran Bretaña y su estabilidad, pero de ahí a no hablar de otra cosa, hay un paso largo. Hay muchos telespectadores que ignoran por completo el papel de Isabel II en la Guerra de las Malvinas o los detalles de la salida de muchos países de la Commonwealth en estos años, pero que lo saben todo sobre los escándalos de cama de la monarquía británica. Es como si el personaje cinematográfico se hubiese impuesto sobre la realidad. Que los británicos lloren a su reina es natural, que nosotros hagamos tres días de luto en las comunidades de Madrid o Andalucía está, permítaseme decirlo, fuera de lugar. Es una catetada. No se nos ocurriría hacer luto por un presidente francés muerto. Y si lo hemos hecho en alguna ocasión por un papa, no ha sido como jefe de estado del Vaticano, sino como cabeza de la religión nacional más seguida. Por favor, señores, mantengamos el oremus. Ni Isabel II era de Lavapiés ni veraneaba en Sevilla. Con la Gran Bretaña tenemos relaciones cordiales y cruciales, pero también contenciosos importantes. Desde Gibraltar a la problemática salida de la Unión Europea, que menudo bochinche han montado después de décadas de trabajo para conseguir una Europa Unida.

Sí podemos, y ahí me sumo a la curiosidad general, y está siendo envidiable, aprender a enterrar a un rey. A honrar a una persona para que beneficie a una nación entera, refuerce su unidad y su identidad y se convierta en ejemplo para todos. Que a ver qué hacemos nosotros si nos vemos en ésas. Se me dirá, hombre, es que no es lo mismo, que esta señora fue muy buena, buenísima. Hombre, pues ha pagado 14 millones de euros, 12 millones de libras, para tapar el escándalo de su hijo Andrés, que ha sido denunciado por abuso sexual a una menor. A una menor. Que aquí cada uno tiene lo suyo.

No, Isabel II ha sido una gran mujer y una gran monarca, pero no ha sido super woman. A lo mejor nosotros, tan exigentes con los estándares morales en lo propio, podríamos aplicárselos a todos. O ser menos intransigentes con nuestros propios errores. Los británicos nos están enseñando estos días que la gran ventaja de la Monarquía es la estabilidad, la continuidad. Que la madre muere, pero que el hijo ya es Rey y hay previsto un recambio en el Príncipe de Gales, Guillermo. Que por encima de los vaivenes personales, los gobiernos más o menos azarosos, las dificultades históricas, la monarquía es puerto aconsejable y seguro.

Discurso y proclamación de Carlos III

Hoy a las once proclamarán rey oficialmente a Charles the Thirth, Carlos III de Inglaterra y ayer se dirigió por primera vez a su nación. Es un hombre que ha tenido lo suyo, que os voy a contar. Tanto en la vida amorosa como cuando ha hecho polémicas declaraciones, desde enfrentarse a la arquitectura contemporánea a afear al Gobierno la deportación de inmigrantes a Ruanda, pero que ahora, tras una larga espera, se dispone para su papel de moderación y estabilidad. De todo lo que dijo destacaría su rotundo compromiso a servir a su país para siempre, todo el tiempo -dijo- que Dios le conceda.

El nuevo rey expresó el profundo sentimiento de gratitud a su madre y explicó que Isabel II realizó muchos sacrificios personales por el deber. Recordó que lo que permanece es el papel y los deberes de la Monarquía, que él ha sido educado en ello y que se esforzará por servir a su pueblo.

“Ya no me será posible dedicar el mismo tiempo y energía a las organizaciones benéficas….” Dijo

Y, finalmente, en unos guiños muy interesantes, incorporó primero a Camila Parker Bowles, ahora la reina consorte Camila, a la que agradeció su sentido del deber.

Y, ojo, puso en su sitio a cada uno de sus dos hijos. Al mayor, Guillermo, lo reconoció como nuevo duque de Cornualles y lo nombró príncipe heredero de Gales, y al menor, Harry, le expresó su amor mientras vive en el extranjero son su mujer, Meghan Markle.

En lo que a nosotros respecta. Ayer, los reyes Don Felipe y Doña Letizia, así como el jefe de gobierno, fueron a la embajada británica de Madrid a dar el pésame y expresar sus condolencias y , en Cope, a través de Carlos Herrera, hemos podido saber que don Juan Carlos no irá a los funerales de su prima porque el jefe de la delegación española será el actual monarca, Don Felipe.