Schlichting: "¿Por siete votos para Sánchez merece la pena incorporar el rupturismo de Puigdemont?

La directora de 'Fin de Semana' analiza la próxima investidura y la manifestación en contra de la amnistía que se celebra hoy en Madrid

Cristina L. Schlichting

Publicado el

4 min lectura

¡Muy buenos días España! Te saluda tu equipo de Fin de Semana con Cristina. Es otoño desde ayer y la nueva semana empieza con mucho sol y temperaturas en ascenso, como nos contaba Jorge Olcina.

Es la puerta prometedora de la estación de las hojas rojas y las setas, de la berrea de los ciervos y los paseos entre árboles de colores deslumbrantes. Un otoño, además, que llega con promesas de agua para los embalses.

Es importante pasear despacio de vez en cuando y tomar la medida del paisaje. Darse cuenta de que el camino es largo, que va mucho más allá de los cantos que molestan en los pies y mirar al horizonte pare entender la totalidad del paisaje.

Algo así nos ha pedido Francisco este Fin de Semana en Marsella, donde ha acompañado un encuentro internacional de jóvenes sobre el Mediterráneo y las migraciones y se ha encontrado de paso con el presidente francés para recordarle que meter a los emigrantes en guettos no da buenos resultados. Este Francisco, qué molesto es. Siempre hablando de lo que no queremos hablar. El papa nos hace mirar a los 26.000 muertos que se ha tragado el Mediterráneo.

El Papa llamó contra los tráficos ilegales de personas y recordó que el fenómeno migratorio no es una urgencia momentánea, sino una realidad de nuestro tiempo que va a definir nuestra época. Las generaciones posteriores nos juzgarán por cómo somos capaces de gestionar esta avalancha con una responsabilidad europea capaz de afrontar las dificultades objetivas. Como siempre, el pontífice nos pone una tarea concreta y molesta, la de mirar los rostros de las personas concretas. “Son rostros, dice, no números”. No son problemas fastidiosos, son historias que debemos conocer. La promesa del papa nos incomoda pero nos asombra: “Si los vemnos como hermanos -afirma- se nos manifestarán sobre todo como dones”.

Qué cosas, el morito, el rumano, el sudamericano como dones. El cristianismo es mucho más que una costumbre. Es una promesa de dar la vuelta a las cosas. De que lo fastidioso se convierta en oportunidad, en ilusión. Es como la muerte. Lo peor que hay se convierte en vida. ¿Qué sería de nosotros si creyésemos que Pepe Domingo Castaño es sólo una leyenda y un ejemplo? ¿Qué sería de sus amigos más queridos y sus familiares? Ayer, en la placita de Padrón que lleva su nombre, brindaban y se abrazaban en su nombre. Escuchamos a Susé, uno de sus hermanos.

Hay uno que ha dicho que, si le seguimos, recibiremos en esta vida el ciento por uno, como ha recibido Pepe, pero además, por añadidura, la vida eterna. Es la misma locura que dice el papa. Que lo molesto y desagradable, lo doloroso, puede ser oportunidad. Yo no he visto el cielo, pero le pido a la Virgen que abrace a Pepe y a su madre. Y que nos veamos arriba cuando nos toque.

Aquí abajo, entretanto, seguimos pelándonos, que es lo nuestro. Pablo Iglesias afeó ayer por la mañana a Yolanda Díaz y a los de Sumar, fagocitar Unidas Podemos y arrinconar y destruir a las formaciones que se han ido mezclando. Denuncian que Díaz hace los nombramientos a su gusto, hace y deshace y configura las listas electorales sin diálogo. Yolanda, que tuvo ayer un acto de partido, le contestó que Sumar tiene más futuro que nunca. Hay madre, si es que los paraísos acaban siendo infiernos.

Fijáos si somos tontos los seres humanos, que los británicos, ahora, han empezado a manifestarse para volver a la Unión Europea. Después de montar la que han montado.

Una tímida marcha que se había convocado en Hyde Park acabó cuajando ayer en una de las mayores manifestaciones anti Brexit de los tres últimos años, con una mar de banderas azules a lo largo de Piccadilly. No hubo líderes políticos, pero de fondo resonaba la promesa del laborista Keir Startmer que ha renunciado a volver a la Unión Europea pero ha prometido reescribir el acuerdo del brexit. Resulta que las encuestas revelan que el 58 por 100 de los británicos está hoy por hoy a favor del reingreso en la UU, frente a un 32 por 100.

Cuestiones de tan hondo calado como romper un proyecto político continental no se pueden resolver en un referendo. El ejemplo británico nos debe hacer pensar aquí. ¿Por siete votos para que Pedro Sánchez sea presidente merece la pena incorporar el rupturismo de Puigdemont?

Porque ya estamos hablando de hacienda federal. O quitar la deuda que Cataluña tiene con las otras comunidades, muchas de ellas mucho más pobres. O de inventarnos una amnistía para los que delinquieron contra la constitución. Intenta tú un delito bastante menor. Intenta no pagar a Hacienda, a ver qué pasa. Que te sale un inspector de debajo de la cama. Intenta no pagar una multa. A ver qué te pasa.

Aquí hay dos raseros. Por interés político. Bueno, a algunos esto les parece una injusticia y por eso han convocado hoy los del PP una concentración en Madrid con el lema “Frente a la amnistía, igualdad”. Es a las doce de hoy en la Plaza de Felipe II.