"A quien se lo expliques... NO SE LO CREE. Nuestro futuro, el tuyo y el mío, se negocia en suiza "
La directora de Fin de Semana de COPE repasa la política nacional y los últimos eventos sucedidos en Oriente Próximo
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¡¡¡Muy buenos días España!!! Bienvenido a tu programa, esto es Fin de Semana, de la Cadena Cope, y aquí te acompañamos sábados y domingos los miembros de este equipo que te estaba esperando. Te saluda en nombre de todos Cristina López Schlichting.
Es 21 de septiembre, mañana empieza el otoño y llueve en casi toda España. Posibilidades de tormenta fuerte en la mitad norte, e incluso muy intensa en Baleares, Tarragona, Castellón y Valencia. También en el Pirineo Occidental, Navarra y la zona este del Cantábrico. Luego, a las once, nos explicará Jorge Olcina el porqué de las precipitaciones torrenciales de esta semana, por ejemplo aquí en Madrid, y como se presenta el pronóstico.
Una delegación del PSOE está este fin de semana en Suiza negociando con Puigdemont nuestro futuro. El tuyo y el mío. Concretamente los votos independentistas a los presupuestos de la nación. A quien se le explique que lo que aquí decide el Gobierno se pacta en Ginebra, no se lo cree.
El secretario de organización del Partido Socialista, Santos Cerdán, se ha juntado con Carles Puigdemont para pactar que, a cambio del apoyo de Junts al techo de gasto de los presupuestos, que se vota en el Congreso español esta próxima semana, se obtengan ventajas para Cataluña, como siempre. Pero insisto. Estas cosas se hablan en Ginebra.
La reunión intenta superar el escollo entre ambos partidos que ha supuesto que Junts votase en contra de la regulación de los alquileres esta semana y busca los siete votos independentistas para avanzar en la tramitación de los presupuestos.
El camino es el mismo que el del PNV, que ayer encabezó la ronda de reuniones de los presidentes autonómicos con Pedro Sánchez y, a cambio de sus votos en la cámara, obtuvo el compromiso para comenzar a planificar el mes próximo nuevas transferencias de poder al País Vasco.
A saber, la gestión económica de la seguridad social vasca o el traslado a la Ertzaintza de la seguridad en infraestructuras críticas como puertos y aeropuertos. También la gestión del litoral, las competencias de salvamento marítimo, las autorizaciones de trabajo para inmigrantes y un fondo para fomentar el cine.
Imanol Pradales, que ha sido el primer mandatario autonómico en ser recibido en Moncloa subrayó que, tras el cumplimiento íntegro del estatuto de Guernica, toca ahora abrir un nuevo pacto para establecer, atención, la relación bilateral entre el País Vasco y España, que incluya el reconocimiento nacional de la región.
Detrás del lehendakari pasaron a hablar el presidente gallego, Alfonso Rueda, el andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, con menos suerte. Ni uno ni otro consiguieron atención para sus peticiones, en el caso de Galicia, la planificación eléctrica de la región, la inversión necesaria en infraestructura o el traspaso de las competencias sobre la autopista AP-9.
En realidad, lo único que busca Pedro Sánchez es romper el frente común de las autonomías contra la negociación de una financiación especial de Cataluña. A la petición de que se convoque una reunión de presidentes autonómicos para discutir tan grave asunto, Sánchez ha contestado que la convocará pero que sólo se podrá hablar de vivienda. Que lo de financiación... ni mu.
Se ha escrito y se ha dicho esta semana que el fiasco en el Congreso de las últimas propuestas socialistas, con el voto en contra de Junts en la regulación de los alquileres temporales y el del PNV contra la postura socialista de no reconocer a Edmundo González como presidente de Venezuela auguraba un recorte de la legislatura. Pamplinas.
La legislatura seguirá porque para los nacionalistas no hay escenario mejor que un gobierno que les da lo que quiere. Hasta mañana estará Santos Cerdán engrasando en Ginebra los acuerdos.
El foco internacional está en el Líbano, tras la expansión de la guerra de Gaza al país vecino. Tras las impresionantes explosiones letales de los buscas y los walkie talkies de los militantes de Hizbullah, Israel no ha esperado respuesta y ha bombardeado el sur de Beirut.
El ministerio de Sanidad libanés ha confirmado 14 muertos y 66 heridos, nueve de ellos en estado crítico tras este ataque, el más mortífero en años. Equipos de Defensa Civil buscan supervivientes entre los escombros de dos edificios que se han derrumbado matando incluso mujeres y niños.
Según el ejército israelí la operación ha matado al menos 10 altos mandos de Hizbullá, entre ellos uno crucial, Ibrahim Aquil, actual jefe del grupo terrorista. En las cancillerías internacionales se espera que el ataque no desate la guerra total en la zona de Oriente Medio.
Tampoco hay señal alguna de paz en Ucrania. Polonia ha hecho esta semana un tímido intento de mediar en la guerra, proponiendo una solución internacional para la Península de Crimea, el territorio que Rusia reclama como propio.
El plan pasaría por poner Crimea en manos de las Naciones Unidas, pero Kiev se ha negado rotundamente. Crimea, asegura Zelenski, es y será ucraniana. Y Putin, claro, dice lo mismo.
En España seguimos en plena crisis migratoria. Ayer, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias ordenó la suspensión cautelar de la orden del Gobierno de las islas que exigía que los menores rescatados del mar fuesen identificados antes de pasar al sistema de acogida. La fiscalía sostiene que vulnera los derechos de los menores.
La oleada de pateras parece imparable y en Europa se ha vuelto la vista al gobierno de Italia. Giorgia Meloni ha conseguido sorprendentemente reducir a la mitad la avalancha de migrantes, lo que ha despertado la curiosidad entre otros de Gran Bretaña y España. Un representante británico, el primer ministro laborista Keir Starmer, y Alberto Núñez Feijoo se desplazaron esta semana al país vecino para entender qué está pasando.
Recordemos que Starmer ha derogado el llamado Plan Ruanda de los ingleses, con el que su antecesor en el cargo, el conservador Rishi Sunak, pretendía deportar a los migrantes a este país africano.