Cristina L. Schlichting: "Sánchez e Iglesias juegan al ping pong con el Rey"

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Barcelona ha reprobado al Rey y ha pedido la abolición de la monarquía por ser -dice el texto- una institución caduca y antidemocrática.. El ayuntamiento de la ciudad, con Ada Colau al frente y los votos de los independentistas rechazó ayer la intervención de Felipe VI en los sucesos de hace un año en defensa de la Constitución y la ley. En la otra punta de España, mientras tanto, el pleno del ayuntamiento de Sevilla aprobó defender los símbolos nacionales y al Rey y aplicar el 155 en Cataluña. Para un viajero desconocedor de la realidad española, que las encuestas sitúan contundentemente al lado del monarca, la apariencia sería la del caos. La del tiempo en que Cartagena y Murcia proclamaron su independencia y se declararon mutuamente la guerra. Pero, no nos engañemos, ya tiene el republicano Pablo Iglesias lo que quería, cuestionar la forma del Estado. Cada ayuntamiento a lo suyo y todos peleados. Y ahora que se van a despenalizar las injurias a la Corona y España, miel sobre hojuelas, preparaos que cada finde habrá hogueritas de fotos del Rey. Hasta que la gente empiece a pensar que esto hay que votarlo. Como si no se hubiese refrendado en referéndum.

¿Cómo es posible, me dirás, que el PSOE apruebe lo de las injurias, si acaba de anunciar que va a recurrir ante el Tribunal Constitucional la otra reprobación del Rey, la que tuvo lugar en el parlamento autonómico catalán?

Bueno, para empezar, lo del parlament, como bien ha señalado el Consejo de Estado, es una pura extravagancia política, sin ninguna consecuencia jurídica. Ni las autonomías ni los ayuntamientos pueden ocuparse de asuntos que no les competen. Cobran del estado y al estado derecho ha de someterse. Pero, en segundo lugar, Sánchez acude al TC para lavarse las manos, como Pilatos. El que gobierna con los republicanos, el que envía a Iglesias a hablar con Junqueras de repúblicas federales, se blanquea así la imagen. Gobierno con los antimonárquicos, les autorizo a insultar al monarca, pero hago la pelota al rey.

Sánchez e Iglesias están jugando al ping pong con la Corona y el problema es que con las cosas de comer, las que funciona y dan estabilidad y consagran una gran imagen de España, no se debe jugar. El suyo es un juego maquiavélico que tiene recorrido de futuro. Cuando esté extendida la impresión de que la monarquía es una cosa anacrónica y antidemocrática (hay que preguntarse que dirían los británicos, los holandeses o los suecos al respecto) a los federalistas del PSOE les quedará un estupendo margen de maniobra. Propondrán un referendo en Cataluña a cambio de no proponer un referendo sobre la forma de Estado. Ofrecerán una federación de naciones bajo el amparo simbólico del rey. Qué bonito.

Hoy hace un año de la declración unilateral de independencia de Puigdemont. Ese ridículo institucional en que Puigdemont amaga y no golpea. Avanza y retrocede. Todos lo vimos por televisión como proclamaba la república independiente y después la suspende.

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