Schlichting: "Si Israel y Palestina no se sientan de nuevo, aquí importa poco que España reconozca el estado"

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¡Muy buenos días España! Es sábado día 13 de abril y hay primavera en el aire.

Los sevillanos están por todo lo alto, esta noche es el “pescaíto” y al albero que se arrojan, a bailar, y comer, y disfrutar de los amigos y hacer lo que mejor sabe el antiquísimo pueblo andaluz, que es valorar la vida y la belleza, que por eso todo el mundo quiere jubilarse aquí.

Hace días de veranito y los 30 grados vuelven a muchos lugares. En Zaragoza, por ejemplo, o en Orense, donde llegan a los 31. En Canarias, se salen, 35 grados que hasta se pueden superaren las islas orientales. A las once nos dará Olcina los detalles para la semana que entra.

Hay una calma tensa internacional por el temor de que Irán ataque a Israel como respuesta a la muerte de varios de sus representantes militares en un bombardeo en Damasco, Siria. Francamente, no me imagino a Teherán metiéndose en una guerra mundial, porque Estados Unidos ya ha asegurado su respaldo a Jerusalén e incluso ha movilizado recursos militares. En Irán hay indignación pero todos recuerdan las guerras recientes contra Irak y en Siria. Los expertos internacionales hablan más bien de que azuzarán a los grupos terroristas yihadistas en contra de los intereses israelíes. Veremos qué pasa.

Pedro Sánchez, al que la situación española no favorece nada, con los escándalos en el fútbol y en torno a su mujer, y con unas elecciones, tanto vascas como catalanas, en las que aparece del bracete de los independentistas, sean del PNV o de Bildu en el País Vasco o de Esquerra Republicana o Carles Puigdemont en Cataluña, se marcha con gusto de nuestro país y coge el Falcon cuando puede para hacerse un bienvenido Mr. Marshall internacional. Ya sabéis que ahora lleva la causa palestina.

Ayer se reunió con el presidente de Noruega y ambos firmaron el compromiso para reconocer el estado palestino, una causa muy popular y que resulta difícil no apoyar, pero que pasa por una pregunta clave ¿qué es el estado palestino? ¿Es Hamas, en el caso de Gaza? ¿Es la Autoridad Nacional palestina en Cisjordania? Porque Mahmoud Abbas, su presidente, lleva 18 años sin convocar elecciones, ante el temor de que Al fatah, su partido, las pierda. Palestina es miembro de la UNESCO y está reconocida como estado por la ONU, el problema es su realidad social y política y el espacio que de facto esté dispuesto a darle Israel. Hay millones de refugiados por todo el mundo y campos enteros Jordania, en Líbano. Si Israel y Palestina no se sientan de nuevo aquí importa poco que España reconozca. Al menos eso dicen Francia y Alemania, que por ahora no van a dar el paso.

Mejores noticias parecen resultan de la reunión entre Reino Unido y España para buscar una solución al status de Gibraltar tras la salida de los británicos de la UE. Ayer terminaron las reuniones con declaraciones entusiastas de ambas partes, el ministro Albares y el principal de Gibraltar, Fabián Picardo. Pero no nos dijeron en qué consisten lo que califican de “Avances significativos” sobre la custodia de las fronteras, el uso del aeropuerto y la movilidad de los trabajadores en el Campo de Gibraltar. No puedo daros más detalles porque no nos los han dado a nosotros por ahora.

Y el FMI ha analizado la situación económica española y mejora las previsiones para los próximos dos años en cuatro décimas. Es buena noticia. Otra cosa son los peros. Dice que la fragmentación nacional obstaculiza el crecimiento.

No hace falta ser el FMI para darse cuenta de que los nacionalismos en alza y la amnistía a Puigdemont han enrarecido tanto el ambiente que el trato entre Gobierno y oposición es imposible. También critica el FMI el paro del 10 por 100 y la subida del SMI y las pensiones por encima de tasas realistas. Advierte sobre la reducción de jornada que “podría incrementar los costes laborales y reducir la producción y al final, reducir los ingresos de los trabajadores a largo plazo”. Señala, en fin, la enorme deuda pública y el excesivo déficit españoles

Y me temo que la gente, en los autobuses, ni habla de Irán, ni de Palestina, ni del FMI, sino de fútbol. De la cara que tuvo ayer Pedro Rocha al presentarse delante de la jueza a decir que ni sabía ni conocía de la corrupción escandalosa en la federación nacional de fútbol, cuando era el vicepresidente económico en la época de Rubiales. La magistrada se quedó tan perpleja, que lo pasó de testigo a investigado y lo mandó a su casa.

Así que tendrá que sentarse en el banquillo. En su chulería, hizo el truco de estar hablando por teléfono para evitar a los periodistas de la puerta y, justo en ese momento, le sonó el aparato. Qué vergüenza ajena. Veremos si lo inhabilitan, parece que no está previsto en las disposiciones, mientras no lo condenen, pero él lo ha hecho a menudo con sus subalternos encausados. Como es el único candidato a la presidencia, el único que ha reunido los avales, y sobradamente, nos preguntamos qué van a hacer el Consejo Superior de Deportes, el Tribunal Administrativo del Deporte o la FIFA. Si van a hacer algo, han de hacerlo antes de que el lunes lo nombren presidente. Lo que está en juego es el prestigio de España y la organización del mundial 2030, que se supone organizamos con Marruecos y Portugal.

No nos favorece nada la continuidad del escándalo Rubiales porque el fútbol es una tarjeta de presentación de España. Como tampoco que hasta el FMI se dé cuenta de la profunda crisis política y el enfrentamiento nacional o que el pepito Grillo de Pablo Iglesias vuelva a la política a recordarnos que el PSOE está dispuesto a Pactar con Bildu a partir de las elecciones de la próxima semana. Como si no lo supiésemos.

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