Schlichting: "Jordi Sànchez ha pedido desde la cárcel hacerlo mejor la próxima vez"
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Muy buenos días España, en este fin de semana de salida vacacional de quincena. Ojito a los que discurrís por carretera, muchísimos desplazamientos y necesidad de echar un vistazo a los partes meteorológicos de zonas con tormentas, especialmente en el norte. Otra vez incendios, el más complicado en Ávila. La altitud y el viento están complicando la extinción del declarado en la localidad de Sotillo de la Adrada.
Muchas declaraciones ayer, de todo tipo. Al ministro Borrell, todavía, porque en breve se incorpora a un nuevo puesto en Europa, le llegó su turno de apretar ayer las tuercs a la oposición. Ha urgido a la formación de Gobierno diciendo que el país no se puede permitir más tiempo la situación que un gobierno en funciones funciona, pero no del todo. Ha negado que el PSOE esté jugando a repetir nuevas elecciones. “Volver a votar no es la solución”.
Valiente ha sido la declaración de una concejala de Pamplona. Carmen Alba ha presentado una denuncia contra el edil José Abaurrea, por darle patadas el día del Chupinazo cuando intentaban desplegar ilegalmente una ikurriña en el balcón del consistorio. “José Abaurrea intentó sacar la ikurriña, se la cogí -ha contado- y para que la soltara me empezó a dar patadas”.
El preso golpista Jordi Sánchez tuvo ayer su noche de oro en el programa FAQS de la TV3 de la Generalitat, que lo entrevistó desde la cárcel de Lledoners. Un show al que acudieron los parientes del resto de los encarcelados y en el que se despachó a gusto. El dirigente de las plataformas indepednentistas, que defendió en el juicio su inocencia ha llamado a colapsar literalmente España cuando se produzca la sentencia del juicio. “Como respuesta a la sentencia -dijo- habrá que provocar una huelga indefinida de país. Colapsar las autopistas y fronteras, los aeropuertos y trenes y cortar carreteras, España colapsaría en cinco días. En ese caso. Añadió, Europa exigirá a Madrid que mueva ficha y acepte negociar. Sólo pido que la próxima vez que hagamos una declaración unilateral de independencia, lo hagamos bien. Menos mal que el preso afirmaba su inocencia ante el juez Marchena, porque si llega asentirse culpable de participar en los actos golpistas de octubre no sabemos qué hubiese podido decir ayer.
De todas formas estos pobrecicos tienen una desconexión evidente del ambiente de derrota y desunión que vive el independentismo catalán.
El partido de Puigdemont se ha vendido al PSC y ha puesto la Diputación de Barcelona en manos del socialismo de Núria Marín, arrinconando a ERC. El pacto se pergeñó en Waterloo, con butifarras y cava que llevó Artur Mas al casoplón. Y a Torra le mandaron pedorretas, que es un mandao que no pinta nada.
Es sabido que Mas quiere volver a la política activa y que siempre estuvo en contra de la declaración de independencia a las bravas. Así que ahora le conviene arrimarse al PSOE y templar gaitas.
Pero lo bonito, lo bonito de la noticia no radica en la animadversión de Puigdemont a ERC y Oriol Junqueras -la natural envidia del cobarde al valiente- sino en una de las inevitables consecuencias del pacto. A saber, la prórroga del contrato de la mujer de Puigdemont, Marcela Topor, en la tele de la Diputación. La cosa no es baladí, porque doña Marcela cobra 6000 euros del ala, al mes, por dar un curso de inglés, cosa muy lógica, porque es rumana y se formó en la prestigiosa universidad Alexandru Ioan Cuza. Apañada Marcela, puede su marido centrarse en lo principal, que es burlar a la justicia de España. Lo suyo le cuesta, porque esta semana ha trascendido que necesita para mantener su tren de vida 40.000 euros mensuales. Es el precio de la casa de 5000 euros de alquiler -5000-, la escolta nutrida, los desplazamientos y la vida muelle.