Schlichting: "Puigdemont y Junqueras tienen esta legislatura para convertir Cataluña en nación"
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¡¡¡Muy muy buenos días España!!!!Bienvenido a tu programa. Somos Fin de Semana, así nos llamamos, y trabajamos para ti sábado y domingo de 10 a dos. Te saluda en nombre de todo el equipo, Cristina López Schlichting. Va a llover de Castilla y León hacia el Cantábrico, en Navarra y el País Vasco, el resto, nubosillo. Así nos anunciaba aquí Jorge Olcina lo que va a pasar en el Puente de Todos los Santos esta semana que entra.
Y hay que ver, hay que ver lo cínico que puede llegar a ser este hombre. Ayer, en el Congreso Federal del PSOE, Pedro Sánchez confirmó lo que te veníamos anunciando, que cambia y opta por la amnistía. Que prefiere pactar con Puigdemont y Otegui que con Feijoó. Y que para gobernar de nuevo prefiere traicionar a todos los catalanes que impidieron el golpe de estado en 2017, a la policía, a los jueces y al Rey.
Mira, por lo menos lo reconoce con total cinismo. Lo que ha sentado peor ha sido su frase de que lo hace por España, para que no retrocedamos mil años con un gobierno de derechas. Este tiempo lento, en que ha negociado la traición a sus propios principios con los independentistas ha servido para que el partido y muchos votantes interioricen que la opción es, o Puigdemont o Feijoo con Santiago Abascal. Y que es mejor seguir en el puesto que pasar a la oposición. Por eso ayer, todos excepto Emilio Page lo aplaudieron, aplaudieron y aplaudieron, en un vergonzoso ejercicio de pleitesía.
Que nadie piense que esto no va a tener consecuencias. Esto no es como cuando Felipe dijo sí a la OTAN después de haber gritado OTAN NO. Esto no es como cuando Rajoy tuvo que recortar y meter impuestos después de haber prometido lo contrario. No. Esto va a hacer crujir todo el sistema constitucional español.
¿Por qué? Pues te voy a explicar. Cuando hace seis años exactamente hubo quien quiso romper nuestro país, los españoles reaccionamos poniendo pie en pared, enviando la policía a Cataluña, que lo pasó fatal; estableciendo un frente judicial contundente que metió a estos señores en la cárcel y con un discurso histórico del Rey defendiendo la Constitución. Decir ahora que Puigdemont es bueno, que Junqueras y los demás actuaban sin maldad, no sólo deja a España como un país inconsistente ante las cancillerías internacionales, es que pone en marcha la ruptura nacional. Se abre el camino del referendo pactado y este señor, por llamarlo de alguna forma, lo venderá exactamente como ha vendido el perdón general a los golpistas, argumentando el bien de España. ¿Qué cómo lo sé? Porque Puigdemont y Junqueras tienen exactamente esta legislatura para llevarlo a cabo, antes de que el centro de un vuelco y el PP regrese al poder. Es es su plazo exacto para convertir Cataluña en nación.
Lo que ayer se aplaudió en el Congreso federal del PSOE nos va a hacer sufrir mucho. Y va a cambiar la historia de España
Hoy hay sendas manifestaciones en contra. Una convocada por la asociación en Defensa de la Constitución Española, auspiciada por Santiago Abascal y apoyada por Jaime Mayor Oreja, Fernando Savater, Rosa Díez, Juan Carlos Girauta o Esperanza Aguirre. Ni radicales ni extremistas. Y otra en Málaga convocada por el PP. Amas a las doce de la mañana, una en Colón y otra en la calle Larios, en Málaga..
Si la derecha hubiese hecho algo como lo que ayer anuncio oficialmente Pedro Sánchez las calles estarían incendiados días sí y día también.
Para los que recordamos con tristeza el día en que los diputados independentistas se atrevieron a romper la Constitución, hoy es un día negro y preocupante.
Claro, que siempre hay alguien que está peor. Ha muerto veinte emigrantes en una patera en el sur de Tenerife, entre ellos un niño de doce años. Ha muerto también la muchacha encarcelada en Irán por quitarse el velo. Y anoche la Franja de Gaza se ha convertido en un incendio. Benjamín Netanyahu enarboló ayer un discurso tremendo. “Es nuestra segunda guerra de independencia. Vamos a salvar a nuestro país. Vamos a luchar en el aire, en la tierra y vamos a luchar y ganar. Es la misión de nuestra vida. Destruir la capacidad militar y gubernamental de Hamás y devolver a los rehenes a sus hogares”. No seré yo ni será Cope quien niegue el derecho a de Israel a defenderse, pero la proporcionalidad es rasgo de la guerra justa. Y la crueldad se paga. Lo demuestra la historia. Merece la pena detenerse en el último mensaje del patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa: “Mi conciencia y mi deber moral me obligan a declarar claramente que lo que ocurrió el 7 de octubre en Israel no es admisible. No hay razón para semejante atrocidad…sin embargo, la misma conciencia, con un gran peso en mi corazón, me lleva a afirmar que este nuevo ciclo de violencia a provocado cinco mil muertes en Gaza…es hora de detener esta guerra. Tener el coraje de la paz significa no permitir que el odio ocupe todo el espacio del corazón, los discursos, los pensamientos. Significa estar convencido de que vale la pena hacer todo lo posible por la paz. Se necesita coraje para poder exigir justicia sin propagar el odio. Se necesita coraje para pedir misericordia.”
El patriarca, que ha llegado a ofrecerse a Hamás para ser intercambiado por los rehenes propone la solución de los dos estados. “Sólo si se pone a fin a decenios de ocupación y a sus trágicas consecuencias y se da una perspectiva nacional al pueblo palestino se puede iniciar un proceso de paz serio”.
El día en fin tiene otro aspecto siniestro en uno de los titulares del diario El País en portada, que sigue erre que erre en su ataque a la iglesia católica. “Omella -dice refiriéndose al presidente de los obispos españoles- ataca las estimaciones sobre los abusos de la Iglesia.” Falso. Hoy reconoce Juan José Omella la verdad de las investigaciones del Defensor del Pueblo sobre los abusos. Lo que añade con justicia es que las extrapolaciones que han hecho El País y los medios estatales sobre la encuesta, no sobre los datos contrastados, son embusteros.
Omella ratifica los 487 casos de abusos que documenta Ángel Gabilondo desde los años 40 en España. Y los datos aportados por la Iglesia de otros 1125 casos. Lo que califica de mentira son los 440.000 casos que ayer sacó El País en portada y que son la extrapolación de una encuesta realizada por GAD 3 entre 8000 personas y que señalaba que el 11,7 por ciento de los españoles habría sufrido abusos y que un 0,6 había sido protagonizado por religiosos y sacerdotes.
Es muy grave que el presidente de la Conferencia Episcopal tenga que usar la palabra mentira. Porque hay quien quiere que nos odiemos en España. Y que la gente crea que lo que hacen los misioneros, los religiosos o los sacerdotes no tiene nada que ver con las sacristías oscuras donde tocan a niños. Luego, a nuestros sacerdotes los llaman pederastas por las calles. Y eso es injusto.
Es horrible que, según la encuesta, cuatro millones de personas en España hayan padecido abusos de sus hermanos, padres, tíos, vecinos, profesores. Y que una parte de ellos lo hayan cometido religiosos, si cabe con mayor responsabilidad, porque la gente les confiaba su vida y sus corazones. Pero una cosa es eso y otra intentar manchar a toda una institución y a todos los que somos católicos.
Al final de su intervención ayer en Twitter, el cardenal Omella ha reiterado que cada víctima de abusos “es un drama terrible ante el que pedimos perdón y acompañamos” y, en el seguimiento del papa Francisco, que ha tirado dela manta de los abusos, ha insistido en que la Iglesia, que ha puesto oficinas diocesanas en toda España para atender a los afectados, continúa trabajando “para acabar con esta terrible lacra en la Iglesia y en toda la sociedad”. Mañana la Conferencia Episcopal ha convocado un asamblea extraordinaria para valorar el informe y los datos aportado por el defensor del Pueblo, cuyo trabajo defiende. “No nos cansaremos, añade Omella, de pedir perdón a la víctimas y trabajar por su sanación”.
Y menudo domingo. Que debíamos estar alegrándonos de que la Princesa de Asturias jura la Constitución el martes, con motivo de su mayoría de edad, en una magna ceremonia en el parlamento y aquí estamos, estropeando en lugar de construyendo. Doña Leonor se compromete así a suceder a su padre el Rey, a respetar la Ley Fundamental y a ejercer la tarea para la que está siendo preparada por los españoles.
Vamos a intentar entender todos los matices de esta importantísima convocatoria que ratifica el funcionamiento de la jefatura del estado, uno de los aspectos más sólidos de nuestra convivencia. Salvo algunos cargos de Sumar, todos los aliados del presidente en funciones se ausentarán de la cita para manifestar su enfrentamiento a la Corona. Pero el grueso de la nación acompaña y alegra esta ceremonia.