Un año de la Operación Balmis de la UME: “Teníamos que dar compañía sabiendo que sólo estábamos nosotros”

Desde marzo de 2020 hasta el 16 de junio la Unidad Militar de Emergencias (UME) llevó a cabo la que se conocería como la 'Operación Balmis', en la que se concentró tanto labores de desinfección en residencias, acompañamiento de familiares y el traslado de cadáveres a la morgue del Palacio de Hielo de Madrid. Ahora, cuando se cumple un año de la proclamación del estado de alarma en nuestro país, el jefe del primer batallón, el teniente coronel Esteban Rodas, recuerda cómo fueron esas primeras horas.

“Ha supuesto una buena prueba a nuestra capacidad”, reconoce en los micrófonos de Fin de Semana con Cristina López Schlichting. “Empezamos internamente varias semanas antes de la declaración del Estado de Alarma. Nuestra primera preocupación era establecer un plan de autoprotección para limitar el impacto, que cuando se nos requiriera estuviéramos en condiciones de dar una respuesta”, comenta.

Hospitales de campaña

Otra de las labores que llevaron a cabo las Fuerzas Armadas fue crear hospitales de campaña para aumentar la capacidad de atención a los pacientes. “Los primeros días fueron para ver cuáles eran las posibilidades de apoyo de las Fuerzas Armadas a la situación. Aquí fue clave los diferentes mecanismos, el sistema nacional de Protección Civil a nivel de comunidad autónoma”, subraya el teniente coronel.

“El apoyo fue evolucionando conforme fuimos aprendiendo. Al comienzo fue en labores de infección para eliminar la carga viral en las residencias. Pero nos dimos cuenta poco a poco de que eso no era suficiente si eso no iba acompañado de una serie de medidas complementarias de reorganización interna en cuanto a zonas, en cuanto a aislamientos”, confiesa el teniente coronel de la UME. “Y nos dimos cuenta también de que las residencias necesitaban apoyo externo, y se fue componiendo un equipo interdisciplinar”.

Palacio de Hielo

Otro de los episodios más duros de la primera ola de la pandemia fue la reconversión del Palacio de Hielo de Madrid como una gran morgue improvisada. Una imagen que congeló el corazón de todos, especialmente para los que tuvieron la complicada labor de trasladar allí los cadáveres de las personas que habían fallecido a causa del coronavirus.

“Entre compañeros comentábamos poco, nosotros hacemos lo que corresponde hacer. Destacar el cariño y la profunda implicación de nuestra gente en este cometido”, resalta el oficial de la UME. “Sabiendo que todos esos fallecidos, que en la mayoría no habían podido ser velados por sus familias. Teníamos esa responsabilidad de darle acompañamiento y dignidad a ese momento sabiendo que sólo estábamos nosotros”.