Madrid - Publicado el - Actualizado
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Entre un 2 y un 6% de la población es superdotada. Según datos del ministerio de Educación, en España, hay 300.000 alumnos extraordinariamente capacitados en la educación escolar obligatoria, el 99,4% de los cuales no se conoce, ya que sólo se ha identificado a un 0,6%, un total de 2.000 niños.
Si nos centramos en la universidad, no hay estudios sobre el número de superdotados, pero los expertos estiman que son cerca del 1%, es decir, la cifra se reduce casi a la mitad. ¿El motivo? Muchos se quedan en el camino por el fracaso escolar y la falta de estímulos.
El caso de la familia de Adolfo es uno de tantos. Adolfo es padre de David, un joven universitario con altas capacidades.
David aprendió a leer sin ayuda con tres años, y cuando sus compañeros hacían sumas y restas, él multiplicaba. Ahora tiene 18 y estudia Psicología. Le diagnosticaron con cinco años, y desde entonces ha tenido que recorrer un duro camino jalonado de depresión, ansiedad, y problemas de sociabilidad. Incluso en algún momento llegó a sufrir “acoso escolar” por parte de sus compañeros de clase, que no le veían como a un igual. En 'Fin de semana' asegura que la solución para estos jóvenes pasaría no solo por “buscar un colegio en el que se les comprenda sino también por mejorar el sistema educativo que es nefasto”.
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David tuvo que cambiar varias veces de colegio hasta que en Bachillerato entró en el Areteia –centro pionero en educar en la diversidad. En 'Fin de semana', su director Luis García Carretero ha explicado que en estos muchachos hay un elemento importante a tener en cuenta, “las expectativas que se crean en torno a ellos y sobre todo las que ellos piensan que se han creado".
Además, añade “en la medida en que no han interiorizado hábitos de trabajo, persistencia y esfuerzo como elemento indiscutible para el éxito, el tránsito a al adolescencia crea un caldo de cultivo ideal para que las cosas no funcionen”.