El pacto que el doctor Cavadas hizo con uno de sus pacientes en África tras operarle: "Un caballero de verdad"

El prestigioso cirujano ha pasado por Fin de Semana para hacer un repaso por toda su trayectoria, ahora que se cumplen 20 años de la creación de su fundación

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El pacto que el doctor Cavadas hizo con uno de sus pacientes en África tras operarle: "Un caballero de verdad"

Redacción Fin de Semana Belén Collado

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El prestigioso doctor Pedro Cavadas ha pasado este domingo por Fin de Semana, donde ha hecho un repaso por toda su trayectoria salvando vidas gracias a sus complejas operaciones, ahora que se cumplen 20 años de la creación de su fundación.

Sin duda, África marcó un antes y un después en la vida del doctor Cavadas. Después de vivir una etapa marcada por el éxito profesional, el dinero y los caprichos, su primer viaje al continente africano lo cambió todo. “No hay nada como viajar para ver como vive la gente y te das cuenta de que la inmensa mayoría de la población en el planeta no está pensando en qué coche se va a comprar”, confiesa el cirujano. En estos viajes, que empezó a hacer cada vez con más asiduidad, reconoce que se dio cuenta de “qué es la humanidad de verdad”.

En estas dos décadas al frente de la Fundacion Pedro Cavadas, el doctor ha realizado junto a su equipo más de 11.000 operaciones. “No son viajes especialmente gratificantes o divertidos. Voy porque es mi obligación, porque creo que lo sé hacer, tengo la capacidad y puedo ayudar”, afirma.

Comenta que cada vez que llegan a un destino, los pacientes llegan en tromba. “Normalmente lo que hacemos un par de meses antes del viaje es que la gente local va dando la noticia por las aldeas de que tal día vamos a ir”. Se corre la voz, y además, como hace tiempo que suelen ir a la misma zona de África, ya les conocen. Otro factor que influye en que se agolpen cientos de pacientes a las puertas de su quirófano improvisado es escuchar la palabra mágica, según el doctor: gratis.

Cavadas admite que hay muchos casos que deben dejar atrás, porque ni siquiera las instalaciones ni los medios de un hospital de primer nivel en Occidente serían capaces de tratar su problema. En otros casos, resulta que los pacientes tienen otras afecciones en las que no es necesaria una operación. De todos modos, “en la mayor parte de las ocasiones les puedes mejorar la calidad de vida”, indica el doctor.

Su larga trayectoria ha dado para tener en su currículum multitud de casos excepcionales, como el de un pastor en Kenia al que una hiena le había devorado una parte de la cara y una mano, y él se las consiguió reconstruir, o el de una mujer a la que un tumor gigante le había desfigurado completamente el rostro y se lo rehizo.

Personas que sin la labor del doctor Pedro Cavadas habrían vivido una vida completamente diferente. Sin embargo, “la forma que tienen de demostrar agradecimiento es peculiar, no es la gente más expresiva del mundo”, apunta el cirujano. En muchos casos explica que ha tenido que estar pendiente de su cartera o de que lo timaran de alguna manera justo después de haber salvado la vida a esa persona.

Pero no todos los casos son iguales. El doctor Cavadas conserva un gran recuerdo de Mike, un paciente de Kenia al que le extirpó un tumor enorme. Para agradecerle su trabajo, terminó bautizando a una de sus hijas con el nombre de la madre del doctor, Carmen. “Es un paciente espectacular”, rememora el doctor.

Mike ya ha fallecido, pero vivió 8 años después de la intervención. El cirujano le recuerda como “un caballero de verdad,” una persona educada y singular. Cuenta Cavadas que, aunque solo tenía un ojo y en un principio era capaz de ver, después de algunas cirugías veía peor y llegó un momento en el que no podía mantener a su familia. Por eso, ambos hicieron un pacto: cuando muriera el doctor se encargaría de su familia. “Como buenos caballeros, lo mantuvimos”.

En el caso de Mike tuvieron la oportunidad de traerle a España para poder tratar su tumor de manera más apropiada. Un viaje que también dejó otra anécdota con el doctor. “Al pasar por el control de seguridad del aeropuerto empieza a pitar y el policía lo mira, su aspecto era muy llamativo. Se levantó el pantalón y vi que llevaba dos prótesis de piernas porque se había quemado de pequeño”, cuenta Cavadas. El doctor se sorprendió de que no le hubiera contado este detalle, a lo que Mike respondió “es que no me has preguntado”.

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