Barbosa: "Protejan a nuestros hijos que de que no coman bollos ya nos encargamos los padres"

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Dejamos atrás el octubre de la luz a más de 200 euros el megavatio-hora y estrenamos el noviembre del gas.

El noviembre de... a ver de dónde sacamos los más de cien buques gasísticos a precio de oro, tal y como están las cosas que deben de suplir el gas que nos llegaba por el gasoducto de Argelia que llegaba a Tarifa, vía Marruecos.

Se ha ido a pelear Argelia con Marruecos justo ahora, que está el gas por las nubes y, para fastidiar a los marroquíes, que se sacaban unas perras por dejar que el tubo pasara por su territorio, nos han hecho también la pascua a nosotros.

Y es que las cosas siguen así, en el alambre, en un querer mejorar, pero sin que las condiciones acaben de ayudar demasiado.

Un ejemplo lo encontramos, sin ir más lejos, en este día de Todos los Santos. Ciertamente, estamos mejor que hace un año, cuando la pandemia nos impidió visitar los cementerios y el sector de las flores perdió 400 millones de euros.

Este año sí, este año se nota el movimiento, aunque los floristas tienen una cosa clara, por más que perdiésemos el año pasado, y por más que se haya encarecido la vida no se nos puede ir la vida subiendo los precios este año.

Es curioso, que gente que no es catedrática en Economía, tenga claro que, en una situación complicada para todo el mundo, lo de subir los precios, lo de obligar a la gente a soltar más dinero del que solía soltar antes de la pandemia, como que puede ser contraproducente.

Bueno, sólo hay que mirar la encuesta con la que abre esta mañana El País, y que viene a ser un resumen estupendo de lo que es el sentir de la calle: “La mayoría está a favor de luchar contra el cambio climático, pero sin que le metan más impuestos a los carburantes”.

Y la mayoría se compraría ahora un coche eléctrico, pero no lo hacen por considerar que están demasiado caros.

Es decir, que lo que "predican nuestros políticos" está muy bien y muchos de los objetivos pueden ser compartidos por la mayoría, pero luego está el coste. Y del coste se habla poco. Habla mucho el político de sus objetivos, pero poco el ciudadano de su sentir diario.

QUE HABLE LA CONTABILIDAD NACIONAL

Pero miren por dónde, el viernes pasado el INE dijo aquello de “que calle el hombre y hable la contabilidad nacional". Y la contabilidad nacional habló y lo que dijo fue rotundo, porque no se trata de previsiones más o menos optimitas, sino de los datos puros y duros de qué hizo la economía española en el tercer trimestre del año.

Y resulta que sólo crecimos un 2%, en contra de la previsión del 3% del Gobierno. Es decir, fuimos líderes en el desplome, pero ahora no somos líderes en el crecimiento.

Fuimos líderes en el desplome, pero ahora no somos líderes en el crecimiento

Y eso quiere decir que los españoles no acaban de creerse, del todo, o no pueden seguir el ritmo, del mito de la recuperación.

Ahora, los que saben de esto, deberán averiguar qué parte de culpa tiene en esto, el grado de incertidumbre al que nos tienen sometidos.

DESCONCIERTO CON LA REFORMA LABORAL

Ya no es solo la luz, o el gas, o que uno no sepa que coche comprarse o que no haya coches por culpa de la crisis de suministros, ya es que los empresarios no saben qué tipo de reforma laboral vamos a tener a partir de enero.

Los empresarios no saben qué tipo de reforma laboral vamos a tener a partir de enero

Sabemos que el gobierno se puso de acuerdo en una mañana con PNV y Esquerra para que no le pusieran palos a los presupuestos, pero dentro del gobierno llevan meses para ponerse de acuerdo entre ellos, sobre la reforma laboral.

La última pista la ha dado Pedro Sánchez, desde la cumbre del G-20. A falta de un día para la reunión con Yolanda Díaz y Nadia Calviño, Sánchez vuelve a dejar caer que lo de la reforma laboral no será un cambio radical, como quiere Podemos, si no modernizar y tocar algunas cosas.

Encárguense de proteger a nuestros hijos que de que no coman bollos ya nos encargamos los padres

Si les costó tanto trabajo ponerse de acuerdo en la metodología a partir de mañana veremos si no volvemos a tener la borrica a brincos, a cuenta del contenido de la reforma.

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Saber, sabemos que quieren hablar de la implicación de los contratos para reducir la temporalidad; de regular la subcontratación; modificar al negociación colectiva y estudiar el mecanismo de los ERTE, que no ha funcionado del todo mal durante la pandemia.

DEBATE DE LOS PRESUPUESTOS

Y, entre tanto, sobre el Gobierno sobrevuela esa sensación de que, en la calle, las cosas no son tan fáciles como sobre el papel.

Y eso lo sabe Pablo Casado que, a falta del Debate Sobre el Estado de la Nación, piensa aprovechar el Debate de los Presupustos para presionar a Sánchez, con medidas de esas que pueden tener, ahora mismo, muy buena acogida entre muchos españoles.

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En declaraciones a El Confidencial, el líder de la oposición dice que, sin necesidad de recortar en gasto social, España podría rebajar los impuestos hasta en 10 mil millones.

¿Por qué? Pues porque, según el PP, el gobierno de Pedro Sánchez malgasta muchísimo dinero.

¿Subir impuestos en estos momentos es lo más recomendable? ¿Intervenir en mercados como la Vivienda surtirá efecto? Pues es la partida que ya se está jugando y que dará o quitará razones pero el INE ya dicho lo que ha dicho y el mercado inmobilario ya detecta que los propietarios empiezan a subir el precio de los pisos en alquiler, para adelantarse a la Ley de la Vivienda.

Y es que, nos guste o no, la realidad es tozuda, y a la hora de la verdad es difícil obligar a la gente a hacer lo que tú quieres.

CUMBRE DEL CLIMA

Que se lo digan, por ejemplo, a los países que más apuestan por la lucha contra el Cambio Climático, que acuden a la Cumbre del Clima tras una Cumbre del G-20 con pocos acuerdos.

Se han propuesto limitar el calentamiento a un grado y medio, a mediados de siglo pero China y la India, que son de los que más contaminan, han mostrado muy poco entusiasmo.

Acabar con el carbón suena muy bien, pero deberían de explicarse las consecuencias económicas que eso pueda tener

Esos dos gigantes no están dispuestos a condicionar su crecimiento económico, mientras los países más desarrollados sí se comprometen a olvidarse del carbón. Y ahí, Pedro Sánchez es de los más estusiastas.

Nuevamente, se plantea el mismo dilema: acabar con el carbón suena muy bien, pero deberían de explicarse las consecuencias económicas que eso pueda tener para la gente corriente.

Gente que, repetimos, en las encuestas de hoy, lo dejan claro: si es caro, no me compro un coche eléctrico. Mucho ecologismo, pero que no se graven los carburantes.

PRISIÓN PERMANENTE REVISABLE

Pues miren, aún con todo, la economía y el ecologismo no son los únicos ámbitos en los que nuestros políticos, a veces, parecen estar alejados de la calle.

Si hay políticos que no han sabido detectar el sentir de la población o que se han pasado de rosca en esa pulsión por el despotismo ilustrado, esos son los que se opusieron, a capa y espada, a la Prisión Permanente Revisable.

Acuérdense. En 2018, la izquierda montó una ofensiva para derogarla porque les parecía populismo emocional. Luego ya, poco a poco fueron bajando la intensidad. Se produjo el crimen del pequeño Gabriel, llegó el despertar feminista que pedía largas penas de prisión para los agresores sexuales y lo de dar la cara por depredadores sexuales, como que no casaba mucho con los nuevos tiempos.

Difícil será que alguna formación monte una campaña contra de la prisión permanente revisable después de lo sucedido en Lardero

Pues aun así, los recursos presentados llevaron al Tribunal Constitucional a tener que pronunciarse el pasado día 6, para refrendar esa prisión permanete revisable.

CRIMEN DE LARDERO

Y difícil será que alguna formación política se atreva a volver a montar una campaña en su contra, después de lo sucedido en Lardero. Díficil que alguien se oponga a que a, si así lo deciden los jueces, a Francisco Javier Almeida se le aplique la permanente revisable tras haber matado a un niño de 9 años.

Álex, el niño al que el ahora detenido asesinó en cuestión de minutos, estando en libertad condicional, porque no terminaba condena hasta agosto de 2023, tras haber abusado de una niña y haber matado a una mujer.

Llevaba un mes merodeando el parque donde actuó, acercándose al colegio de la zona, eligiendo víctima, acechando a niños. Niños que no sabían que su Estado, sus legisladores, sus jueces y sus funcionarios, son capaces de permitir que ellos corran peligro en aras de una supuesta reinserción social, que, en determinados casos, es el mayor cuento que nos puedan contar.

El cuento del lobo, que se aprovechó del buenísimo de algunos para hacer un daño irreparable a un crío que sólo estaba disfrutando de una fiesta de Halloween.

Y ahora el ministro Marlaska exige a los españoles que no abordemos el asunto desde la indignación más inmediata.

El buenismo progresista han enredado con la prisión permanente revisable hasta tal punto que el Constitucional tuvo que pronunciarse el pasado 6 de octubre.

Lo hizo para avalar ese tipo de pena pero aun así hubo tres magistrados que se opusieron. Magistrados que, seguramente, rechazarían la posibilidad de ir a hacer pedagogía de su criterio a las calles de Lardero.

El Estado, al que entregamos el monopolio de la violencia y la justicia, le han fallado al pequeño Álex y a su familia.

Marlaska pide no abordar una reforma judicial en caliente, pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre: El Estado, al que entregamos el monopolio de la violencia y la justicia, le han fallado al pequeño Álex y a su familia. Y también a las niñas que estuvieron a punto de ser secuestradas por el asesino.

Porque, de nada sirve que nos preocupemos de que los niños no consuman mucho azúcar, si luego permitimos que en el banco del parque donde juegan se siente un depredador sexual, que les obseva para elegir víctima. Un asesino que no tendría por qué haber salido a la calle hasta agosto de 2023.

Encárguense ustedes de proteger a nuestros hijos que de que no coman demasiados bollos ya nos encargamos los padres.