El emocionante testimonio de una madre que ha sobrevivido al Covid: "Me di cuenta de que Dios me acompañaba"

María Teresa Robles ingresó en el hospital sin despedirse de sus siete hijos ni de su marido, y con el miedo de perecer, pero con ayuda de la fe ha logrado recuperarse

Redacción Herrera en COPE

Publicado el - Actualizado

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"Llama a tu familia y despídete". Este fue el mensaje que recibió María Teresa Robles cuando la bajaron a la UCI tras sufrir el nuevo coronavirus. Era el prólogo de la pandemia y ella sabía que muchas personas, incluso jóvenes, no superaban la enfermedad, así que le envió un audio a su marido.

Afortunadamente, María Teresa ha vencido al virus, pero lo que ha vivido "es muy duro" incluso para ella, que está acostumbrada a sortear los golpes de la vida. Su hijo pequeño, que padece el síndrome de Down, lucha en estos momentos contra la leucemia.

Desde antes incluso de saber que tenía el nuevo coronavirus, María Teresa se aisló en su casa para no contagiar a ninguno de sus siete hijos, especialmente a José María, su niño. Pero un día su estado de salud empeoró y le dijeron que tenía que acudir al hospital. María Teresa pensó que le darían un antibiótico y que la mandarían de regreso a casa, pero no: se quedó ingresada en el centro médico.

"Vives mucho la soledad, que es lo más duro de toda la enfermedad", ha dicho este lunes en 'Herrera en COPE'. A pesar de que los sanitarios "no han podido ser mas cariñosos ni amables", ella tenía miedo a contagiarlos, pues la enfermedad estaba golpeando con absoluta virulencia y el personal sanitario no tenía medios ni equipos de protección para defenderse.

"Me sentí sola, no había besado a mis hijos ni a mi marido", ha recordado. Fue gracias a un mensaje de ánimo que le pusieron los sanitarios cuando notó "el amor de Dios. Me di cuenta de que era la hija de Dios y de que Dios me estaba acompañando", ha relatado emocionada.

Aferrándose a la fe, María Teresa salió del hospital. Llegar a casa "fue un chute de emoción y de energia", aunque tenía que seguir aislada de los suyos, que la agasajaron con toda clase de cariño y mimos. "Me aplaudían en el pasillos a tres metros", ha recordado conteniendo las lágrimas.

Con el bagaje de todo lo vivido, María Teresa aprovechó para decirles lo que no había podido antes por lo repentino de su ingreso. "Les dije uno a uno 'te quiero como eres'. Me di cuenta de que a la gente había que quererla como es, no queriendo cambiarla", ha dicho María Teresa, que ha compartido así su testimonio de fe con todos los oyentes de 'Herrera en COPE'.

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