En 'Herrera en COPE'

"La Lengua es de los hablantes y en su libertad está el desarrollo del idioma"

Lola Pons es profesora e historiadora de Lengua española en la Universidad de Sevilla. Una Lengua que cambia y hay que llevarse bien con los cambios.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Por ello en “Una lengua muy muy larga. Historias curiosas del español”, Lola Pons aborda la evolución del español, esa lengua tan larga que se ha ido enriqueciendo con los años, con la evolución de los españoles, a la vez, que hemos perdido otras por esa misma evolución imparable, porque asegura esta historiadora de la Lengua que "la Lengua es de los hablantes y en su libertad está el desarrollo del idioma" y así ha ido cambiando como se muestra en esta entrevista.

¿Qué nos pasa con la 'J', cuál es la evolución de la 'J'? "Por ejemplo en palabras como reloj, ese final consonántico lo tiene muy difícil en español, tenemos muy pocas palabras que terminan en 'J' ?,  y cuando  los dialectólogos han salido a investigar por los pueblos han comprobado que hay todo tipo de variantes, relor, reloz, reló, que incluso fue una variante que acepto la RAE en el año 84; más allá de reloj, la 'J' es una sonido interesante porque manifiesta dos grandes maneras de pronunciar el español, una que pronuncia dijo y otra que pronuncia di-jo, una pronunciación que separa en dos el español".

¿Qué palabras se han perdido? "Muchas palabras se han perdido porque se han perdido las cosas que designan como ha pasado con la mecanización del campo, se han perdido todas las palabras tan ricas que designaban los aperos, pero ahora tenemos muchas palabras, nombres nuevos para la informática, la tecnología y demás, palabras que se pierden en el tiempo y otras que llegan porque cambian las realidades y también porque cambian los colectivos que hablan español".

La 'F', que ha sido o 'F' o 'PH', ¿antes era la 'PH'? "Se utilizaba en latín pero sobre todo en las palabras que venían del griego y cuando el castellano escribió viniendo del latín se escribían con 'PH', pero en el siglo XVIII se pierde".

¿La 'B' y la 'V' ?por qué se hace diferencia? " Se hace diferencia por etimología, por respeto a la tradición latina, porque prácticamente se pronuncia igual desde los orígenes del español, había una diferencia como se hace en el italiano igual al decir en el interior de la palabra cabeza como una oclusiva, pero cuando se reforma la ortografía en el XVIII por etimología, ponemos beber con b y vivir con v porque así se escribía en latín".

¿Se llegará a escribir 'te quiero' con K? "Ya se escribe, pero en carnales que no son normativos, el uso de la K como algo irreverente, transgresor no es nada moderno, se ha querido hacer transgresión con la K desde el siglo XVII con Gonzalo Correas y curiosamente en los orígenes del español se utilizaba bastante la K porque era una adherencia del alfabeto gótico y eso hacía que en los siglos IX y X ponían, "Te vendo una kasa".

Juan Ramón Jiménez quiso establecer la G y la J cuando la G hace el mismo sonido que la J, quedó como una particularidad que no se le corrige cuando se le cita, ¿pero cuándo vino la diferencia? "Esa costumbre de Juan Ramón se dice que se pudo imponer en el siglo XIX  porque la diferencia del Ge/ Ji no hay diferencia, esas dos letras se usaban en la Edad Media para el mismo sonido. En el XIX un grupo de maestros madrileños quiso popularizar esa igualación, pero esa reforma se paró".

¿Abreviar palabras es el enemigo? "Es el enemigo si esa abreviación está en el canal inadecuado, no se pueden escribir en un examen o mandar un correo al banco utilizando abreviaturas como hacemos en el móvil porque vamos tan rápido como vamos, pero lo mismo hacían en la Edad Media  abreviaban muchísimo porque la tinta era cara y era cansado escribir en tinieblas y a mano".

¿Puede cambiar el idioma la velocidad con la que se escribe a través del móvil? "Más allá de la cuestión gráfica, lo que más nos preocupa y ocupa a los lingüistas son los cambios lingüísticos que nacen en las redes sociales y que pueden salir de ellas como holi, por variante de hola, o un fenómenos sintáctico como el ojalá sin verbo, como "ojalá yo en la playa".

¿Un modelo puede ser más que guapísimo- guapérrimo? "Guapérrimo y guapísimo sonaba en el siglo XV igual de pedante, esta forma en -ísimo se puso de moda entre la gente culta, los escritores, los sacerdotes y se extendió al resto de la población, lentamente porque cuando Cervantes retrata a Sancho se equivoca retratando a Sancho, "don quijotísimo de la sanchísima...", es uno de esos rasgos que vienen desde arriba y se ha impuesto".

Temas relacionados