La piedra preciosa que han encontrado científicos en un cachalote muerto en una playa de La Palma: "En desuso"

En Canarias, concretamente en la playa de los Nogales de la isla de La Palma, hubo algo que descolocó a todos los que se encontraban en el lugar, el 21 de mayo: apareció, varado, un cachalote muerto, de 13 metros de longitud y 15 toneladas de peso.

Si esto ya es noticia, resulta que hay más sorpresas. Y es que cuando le hicieron la necropsia para ver de qué había muerto, encontraron una piedra de ámbar gris, de 9 kilogramos de peso que, en circunstancias muy concretas, puede llegar a tener un valor de 500.000 euros. La razón de que se cotice tanto es porque es muy difícil de encontrar, ya que tan solo el 1 por ciento de los cachalotes acaban formando esta sustancia, la ambarina.

¿Para qué se utiliza?

Se usa en perfumería, porque consigue fijar y exaltar muy bien las fragancias. Sin embargo, hay que tener en cuenta algo muy importante sobre esta piedra. Marina Barcenilla, científica y académica de la Academia del perfume española, explica que, lo habitual es que los cachalotes expulsen esa piedra de forma natural y, cuando lo hace, el sol y el mar le aportan sustancias que hace que desarrollen ese olor tan característico. Y, en este caso, estamos hablando de una piedra que ha estado en el interior del cachalote, así que habrá que ver ahora si se puede utilizar en perfumería o no.

En cuanto a las propiedades de este tipo de ámbar, Barcenilla comenta que "el ámbar gris fresco tiene un aroma desagradable, que recuerda a productos de desecho. Sin embargo, después de pasar tantos años flotando en el mar, se transforman en una sustancia que da fijación a los perfumes".

Como se trata de una piedra que es tan difícil de encontrar, la perfumería lleva años trabajando en el desarrollo de otras sustancias con las que sustituir a la ambarina. "El ámbar gris, de origen natural, en perfumería está en desuso y casi nunca se utiliza", cuenta la experta. "En su lugar se utilizan moléculas de síntesis, u otros ingredientes disponibles en la naturaleza, que recrean o imitan su olor", añade.

Pero, volviendo a esta piedra que se ha encontrado. Marina Barcenilla opina que no va a ser posible usarla en la fabricación de perfumes, dado que el proceso mencionado anteriormente "es un proceso que tarda años y hasta décadas". Además, después de todos esos años, "alguien debe tener la suerte de encontrar una de estas piedras flotando en la inmensidad del océano o cuando lleguen a una playa", agrega. Además, recalca que, cuanto más tiempo pasen estas piedras en contacto con el mar y la atmósfera, más valiosas se vuelven. Por lo que una piedra de ámbar gris encontrada en el interior de un cachalote no tendrá la misma calidad que una que ha pasado por el proceso completo como para poder utilizarla en la perfumería.

El caso es que encontrar a un cachalote, varado, hacerle la necropsia y encontrar la piedra debió ser un momento único. Al frente del equipo que realizó este procedimiento estaba Antonio Fernández, catedrático de patología animal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, explica en 'Herrera en COPE' que actualmente la piedra está "en el Instituto de Investigación en donde trabajo, en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria". "Mi opinión, deseo y propósito es que vuelva a La Palma y tenga un uso social", agrega. Este uso puede ser cultural o ser expuesto en un museo. También comenta que, "cuando apareció la noticia que cambia el valor de la piedra, se me ocurrió decir que 'si vale algo que vaya a los necesitados del volcán de la isla de La Palma'".

En cuanto a la finalidad de hacer este tipo de procedimientos, el catedrático argumentas que ellos hacen es "reescribir la historia de los últimos momentos" de estos animales marinos.

¿Cómo se forman este tipo de piedras?

Estas piedras se forman en el intestino de los cachalotes. Al principio, se forma un pequeño núcleo al que se van adhiriendo otros componentes, conformando de esta forma una piedra. En el caso de este animal, su dieta se basa principalmente en calamares. Los expertos que realizaron la necropsia barajan la posibilidad de que su intestino no tuviera la suficiente movilidad para poder expulsar las partes duras de los calamares (como los picos), se fuesen acumulando, formando una piedra de gran tamaño que era imposible de expulsar de forma natural. Además, según comenta Antonio Fernández, la causa de la muerte se debió a una sepsis, derivada de una infección en el intestino del animal.