Madrid - Publicado el - Actualizado
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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha cumplido sus primeros cien días en el poder con una popularidad en neto descenso que da por finalizado el estado de gracia, lastrado por polémicas no compensadas por el rápido cumplimiento de algunas promesas de campaña.
El analista político y ex director adjunto de 'Le Figaro', Pierre Rousselin, ha reconocido en 'Herrera en COPE' que “era de esperar” esta bajada de la popularidad, según las últimas encuestas que evidencian que menos de cuatro de cada diez franceses (36 %) dicen estar satisfechos con el inicio de mandato, diez puntos menos que el recabado por el socialista François Hollande en agosto de 2012 y un porcentaje muy alejado del apoyo del 62 % que el exministro de Economía tenía recién llegado al Elíseo en mayo pasado. “En la primera vuelta de las elecciones solo le votó el 24% de los franceses, había mucha abstención y en la segunda vuelta no había más remedio que votarle porque la alternativa era la presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen", ha explicado.
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Pierre Rousselin ha explicado que la imagen de Macron es mejor en Europa que en Francia, donde están a la espera de ver cómo gestionará las metas inmediatas del nuevo curso político, la reforma laboral, el proyecto de ley antiterrorista, la reelección de parte del Senado o la negociación de los presupuestos para 2018. “Vamos a entrar en lo duro y veremos si es capaz de gobernar el país”.
Por otro lado, el analista no tiene ninguna duda de que si falla el gobierno del actual presidente, ganará un populismo que “está bastante fuerte” en el país galo.