Santiago Sánchez explica a Carlos Herrera cómo consiguió detenerle Irán: "Me tendieron una trampa"

Este joven ha pasado este miércoles por los micrófonos de 'Herrera en COPE' para relatar la experiencia que ha vivido y cómo se fraguó su detención

Redacción Herrera en COPE Paola Albaladejo

Publicado el - Actualizado

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Santiago Sánchez Cogedor es un español que viajaba a Qatar y fue detenido en Irán. Estaba visitando la tumba de Mahsa Amini. Su viaje tenía una función solidaria y todo se truncó.

Catorce meses después, ha sido liberado y no lleva ni 24 horas en suelo español. Este miércoles, pasa por los micrófonos de 'Herrera en COPE' para contar la experiencia que ha vivido.

Sánchez Cogedor

Respecto a sus primeras horas en casa, asegura que no sabe ni cuántas ha pasado. "Bien, estoy un poco estresado, pero bien", afirma Cogedor.

Su gran aventura comienza aparentemente sin complicaciones.

No obstante, al llegar a una frontera del norte de Irán había células terroristas activas, grupos armados y la noche anterior a su detención cuenta que acudieron a su tienda de acampada hombres armados.

"Cuando me detuvieron sabían quién era yo y que no era un espía", relata a Carlos Herrera.

Llega a España Santiago Sánchez Cogedor

En el año 2019, emprendió un viaje en bicicleta desde Alcalá de Henares a Arabia Saudí para ver al Real Madrid y, después de ese viaje, decidió descubrir por primera vez Irán. "En ese momento, conocí a un chico que me hospedó el último día y ese chico es el que me recogió en la frontera y me tendió una trampa. No sé nada de él".

Masha Amini es una mujer que había recibido una paliza por llevar mal puesto el velo y que fallecía en septiembre de 2019. Su muerte desencadenó protestas masivas en todo el mundo.

Sánchez Cogedor acude a ver su tumba y afirma que el chico que le acompañó en un momento determinado "tenía mucho interés. Le pregunté si no tenía vacaciones en su trabajo, me resultó sospechoso que me recogiese en la frontera. Le dije que tenía una entrevista en Teherán porque mi viaje era solidario. Tenía que actuar en un hospital para los niños. No me prestó atención y me llevó al norte. Ese fallo no está curado".

Llega a España Santiago Sánchez Cogedor, detenido en 2022 en Irán

Le acusaron de espionaje y estuvo diez meses en "unas condiciones que son para mí. Se entera la Embajada de España a los 22 días. Mi familia creía que había muerto. Ese dolor es mío y voy a utilizarlo para superarme como persona y ser humano. Prefiero contar lo bueno".

Este español va a una prisión, como decimos, acusado de espionaje y así era su día a día.

"Esa sección es de presos políticos de alta seguridad. Está público. Ahí han muerto en el último mes noventa personas. Mis condiciones eran muy malas. Eso es mío y quiero utilizarlo para superarme. No quiero guardar odio y rencor. Daba clases de español, organizaba torneos de fútbol y en el último día me llevaron manteándome. Eso es lo que quiero que quede. Quiero continuar con mi vida", dice en 'Herrera en COPE'.

"El dolor era la incertidumbre"

El 31 de diciembre le comunican que va a ser liberado tras ese calvario y "es un poco la incertidumbre. Si a mí me dicen que voy a estar dos años me preparo. El dolor era la incertidumbre".

Algunos con los que compartía celda fueron ejecutados y tiene muchas experiencias vividas. "Cuando estaba en la celda pequeña había marcas de las uñas. Mis pertenencias eran la nada. Vi un dibujo del símbolo del ahorcado y ese era un preso que le quedarían días u horas. Había un silencio absoluto. Ese sufrimiento y esas cosas son para mí. Es imposible hacerse una idea".

Llegó a estar en huelga de hambre y la hizo porque es diferente. La Embajada le pedía silencio. Y no lo entendía. Me enfadé y dejé de comer. A los cinco días, vino el director de la cárcel. Me llevaron a una oficina y me dijeron que, por favor, tenía que comer y que sabían que era inocente. Me dieron mis libros, la ropa, me pusieron un plato de comida especial y la huelga de hambre tuvo su eco y su fuerza".

Al salir a la calle en libertad, cuenta cómo fue su viaje de vuelta. "Hasta que aterricé en España no me lo creía. Pedí al Embajador que me acompañara a la puerta de un avión. Fue muy complicado", concluye en los micrófonos de 'Herrera en COPE'.