Sergio Barbosa: "Sánchez tiene unos socios parlamentarios que son la mar de indiscretos"

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¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este lunes 25 de marzo de 2024.

Lunes Santo. Ha sido empezar la Semana Santa y alguien le ha dado a la llave de paso para que empiece a llover, a hacer viento e incluso a nevar en algunos puntos montañosos del país.

También es verdad que la Semana Santa ha caído este año pronto, todavía en marzo, pero ayer en Andalucía, durante el Domingo de Ramos, el comentario que más se repetía era eso de "Con lo poco que ha llovido este año y se ha tenido que estropear el tiempo justo esta semana".

Bueno, pues es lo que hay. A veces toca alegría y otras veces tocan lágrimas por no poder culminar el trabajo para el que te has preparado durante un año.

En todo caso, lo que nunca falta en estas fechas es el fervor y el verdadero mensaje que nos propone la Semana Santa, ya sea con buen tiempo o con temperaturas que, en el interior peninsular, se van a desplomar hasta 12 grados en comparación con la semana pasada.

En fin, dentro de que pinta complicado, habrá que cruzar los dedos para el agua respete las procesiones todo lo posible.

Bueno, la Semana Santa, (como es ese pequeño descanso que nos tomamos más o menos a mitad de camino entre la Navidad y el verano) también se presta a la reflexión.

Hoy estamos haciendo balance, por ejemplo, de qué nos espera en el ámbito político.

Tenemos al PSOE forzando la “máquina del relato” para lanzar la idea de que, si en España hay crispación, es por culpa de la derecha y solo de la derecha porque Pedro Sánchez, según ellos, tampoco ha hecho nada del otro mundo por fomentar esa crispación, ni ha presumido de levantar muros, ni va llamando ultraderecha o fachosfera a quien lo gusta, ni ha mandado a Óscar Puente a pegar bandacicos dialectos por ahí... ni nada de nada.

Eso, mientras Puigdemont sigue encantado de que Sánchez lo haya resucitado y ERC trata de no perder el foco de cara a las elecciones catalanas asegurando algo que, de ser cierto, tendría una gravedad extrema: que el PSOE y ERC ya están negociando un referéndum soberanista.

“Y que las conversaciones se producen cada semana”. Es verdad que todo lo que se diga, a partir de ahora en Cataluña, hay que entenderlo en clave electoral. Con el Sanchismo y sus socios separatistas, si algo nos ha demostrado la experiencia… es que si el río suena, agua lleva.

Ahora vamos con todo eso, pero, lógicamente, comenzamos la semana también con toda Europa pendiente de las consecuencias que pueda tener. Lo que sucedió el pasado viernes y que fue verdaderamente tremendo.

“Lo que pasó el viernes" y lo que hemos visto este fin de semana.

Rusia, que viene de haber vivido este domingo un día de luto nacional, mantiene que entre los 11 detenidos por la matanza de la sala de conciertos están 4 de los atacantes a los que, supuestamente, el estado islámico había mostrado en un vídeo, antes del ataque.

Moscú ya les ha acusado oficialmente de terrorismo y, desde luego, si son ellos ya se tienen que estar arrepintiendo de lo que han hecho… porque los rusos han publicado imágenes de la supuesta detención… y, ciertamente, les han dado de lo lindo.

De hecho, a uno de ellos le habrían cortado la oreja (sale en las imágenes ensangrentado y con unas vendas alrededor de la cabeza… mientras un militar ruso asegura que él mismo le ha cortado la oreja (porque eso es un símbolo de máxima humillación para los yihadistas) y que está dispuesto a subastar la navaja con la que le ha tuneado la cara.

Hasta ese punto llega el salvajismo, después del salvajismo brutal del otro día.

Y miren, por más que ya nos haya tocado informar o presenciar a través de los medios de comunicación atentados terribles, uno nunca puede acostumbrarse a la peor cara del ser humano.

Sucedió con el ataque de Hamás contra civiles israelíes y sucedió el viernes en esa sala de conciertos cerca de Moscú: Tipos armados como para ir a una guerra, que se ponen a disparar a traición a personas, con la guardia baja, porque simplemente están haciendo su vida.

Porque simplemente se disponen a pasar un buen rato escuchando un concierto de rock.

Y ahí, ver cómo empiezan a sonar los disparos y cómo la gente empieza a caer al suelo, como si se tratara de muñecos de trapo y como a otros les cortan el cuello, a sangre fría, es algo realmente insoportable.

Empezaron con la gente que estaba cerca de la entrada del recinto, pero es que lo de dentro fue un fusilamiento en toda regla.

El recinto tenía forma de anfiteatro, con las filas de butacas colocadas en forma de escalera. Y los yihadistas que irrumpieron en el escenario… empezaron a disparar a la gente indefensa. Algunos huyeron saltando las butacas, otros se agacharon.

En fin, un horror, traducido en, según el último balance, al menos 137 muertos, 180 heridos. Y ahora Rusia en estado de shock, con muchos recintos públicos cerrados, con seguridad por todas partes y con Putin tratando de pescar en río revuelto. Cosa que ya ha hecho en más de una ocasión.

En 1999, siendo todavía primer ministro, supo impulsarse hasta la presidencia, tras los sospechosos atentados contra viviendas civiles, que Putin achacó a los chechenos, sin que esté nada claro que realmente fueran los chechenos. (Siempre se ha sospechado que fueron atentados de falsa bandera para poder arrasar Chechenia).

-En 2002, ya con Putin de presidente, los chechenos secuestraron el teatro Dubrovka, con 850 rehenes, y Putin no se arrugó y ordenó el asalto del teatro, dejando la operación 170 muertos. Pero Putin ganó fama de tipo duro que no le temblaba el pulso ante los chantajes terroristas.

-En 2004, otra acción yihadista contra una escuela en Beslán, en Osetia del Norte , supuso el secuestro de más de mil personas. Putin también ordenó el asalto y 330 personas acabaron muertas, entre ellos 186 niños.

Y así todo. Aunque esta vez Putin solo ha podido conformarse con dar caza a los terroristas, a posteriori, mientras supuestamente huían… Pero les dio tiempo hasta de incendiar el edificio.

En todo caso, ahora cabe esperar de Putin lo mismo de siempre: mano dura y tratar de utilizar el golpe en beneficio propio.

Y aquí los que tienen todas las papeletas para cobrar son los ucranianos, a los que Moscú está tratando de colocar el sambenito de “colaboradores” de ese atentado… por más que los atacantes fueran Tayikos y que el estado islámico haya reivindicado ya el ataque hasta en tres ocasiones.

Sin embargo, Putin sabe que los rusos admiran a los líderes fuertes, y no va a permitir que la gente piense que ha sido un enorme fallo de seguridad o una muestra de debilidad por su parte.

Enseguida, va a traducir la ocasión en venganza, con lo que eso puede significar para Ucrania y para las potencias occidentales que están renovando estos días la ayuda militar. Sobre todo en forma de munición.

De momento, Rusia ha lanzado un ataque masivo contra Kiev y Leópolis. Y en esos ataques un misil ruso ha sobrevolado durante unos segundos el espacio aéreo de Polonia, lo que ha puesto a los polacos y a la OTAN en alerta.

Y todo esto pasa justo pocos días después de que la Unión Europa escenificara su cambio de enfoque. Es verdad que todavía hay países reticentes; es verdad que no hay consenso en cómo hacerlo… pero ya hay una clara mayoría de países europeos que han llamado a acabar con el letardo buenista del viejo continente.

La guerra es “una posibilidad”, por remota que parezca, y lo más sensato para evitarla es prepararla. Si quieres la paz, prepara la guerra.

Hoy nos haremos muchas preguntas sobre qué se puede esperar de la guerra de Ucrania y de este mundo cada vez más inestable. Mientras en las cosas de casa, ya les digo, Sánchez tiene unos socios parlamentarios que son la mar de indiscretos.

En declaraciones a El Periódico, la fugada Marta Rovira, dirigente de ERC, que huyó a Suiza para no tener que afrontar la acción de la justicia… asegura que Sánchez “ya le está dando una vuelta” a lo de convocar una consulta soberanista.

Consulta que, obviamente, no podrían presentar así, tal cual. De impulsar esa iniciativa, el PSOE trataría de vestirlo de otra manera. Tal y como han hecho con la amnistía, buscarían los recovecos y las ambigüedades jurídicas para llevarlo a cabo, por más que pueda ser ilegal y luego lo disfrazarían de “algo justo” o “algo bueno” para el conjunto del país… como están haciendo con la amnistía.

¿Qué se podría estar cocinando? Pues todavía es pronto para saberlo, porque hasta que no salgamos del maratón de elecciones que tenemos ahora, a la vuelta de Semana Santa y antes del verano, Sánchez no sabrá con qué cartas va a jugar realmente la partida y hasta dónde tendrá que ceder. Porque ceder va a ceder. Ya lo ha hecho, y lo seguirá haciendo… si lo necesita para seguir en Moncloa.

-21 de abril, vascas.

-12 de mayo, catalanas.

-Y el 9 de junio, las europeas.

Tras la nueva correlación de fuerzas que salga de esas elecciones, (y se aclare si los jueces tienen margen para congelar la amnistía con algún recurso o cuestión prejudicial), Sánchez actuará, como siempre, improvisando las curvas, tal cual vienen.

¿Si Puigdemont no es presidente, le dejará caer? Hombre, en su mente integrista, él es una especie de Tarradellas separatista.

Para el fugado, no vuelve Puigdemont, vuelve la institución de la presidencia de la Generalitat. Es decir, en su mente supremacista, no le vale con volver como diputado de la oposición.

Pero también es verdad que, en el “procés 2.0”, los separatistas saben que necesitan de nuevas herramientas para dar el siguiente golpe. Y para ello necesitan los privilegios fiscales que hay que cocinar esta legislatura.

De ese modo, la legislatura sería larga.

Lo que sí que podemos dar por seguro es que privilegios va a haber. Pero no para todos, sino para unos pocos.

Esa es la gracia de los privilegios, si no, no serían privilegios. Y eso va en contra de la igualdad que tanto pregonan algunos.