Una abuela italiana de 93 años, de voluntaria en Kenia para ayudar en un orfanato
Roma - Publicado el - Actualizado
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La historia de “Nonna Irma”, como ya es conocida en toda Italia, confirma que la edad nunca es una barrera para poner en marcha lo que se desea. A pesar de sus 93 años, sus problemas en las piernas y su bastón, se encuentra en estos momentos en un orfanato de Kenia, ayudando a cuidar a los niños como trabajadora humanitaria, donde tiene previsto permanecer otras dos semanas.
No hubiéramos conocido su hazaña si a su nieta Elisa Coltro no se le hubiera ocurrido compartir en las redes sociales la foto que le llegó de su despedida en el aeropuerto, en la que puede verse a una adorable abuelita vestida de negro, con su bastón y su troley rojo. Elisa se conmovió con esta imagen y escribió un mensaje que rápidamente se hijo viral:
"Esta es mi abuela Irma, una jovencita de 92 años que esta noche ha partido a Kenia. No a un pueblo turístico con servicio y comodidades, sino para ir a un orfanato. Os lo muestro porque creo que siempre debemos conservar un poco de inconsciencia para vivir, y no solo sobrevivir. Mírala... ¿Pero ¿quién consigue pararla? La amo"
La abuela italiana Irma, de 93 años, el 19 de febrero en el aeropuerto de Milán-Malpensa.
Irma Dallarmellina, la “Nonna Irma” se había quedado viuda a los 26 años y le tocó educar y criar sola a sus tres hijos en momentos de la difícil reconstrucción italiana tras la guerra.
Desde hacía mucho tiempo, Irma ayudaba con dinero y materiales a un orfanato fundado en Kenia por Don Remigio, un misionero de su pueblo, Noventa Vicentina, muy cerca de Venecia, pero decidió que había que dar un paso adelante, que habría que hacer algo más. No se lo pensó dos veces y casi se puede decir que dio un ultimátum a su familia: “Me voy de voluntaria a Kenia. Si me acompañáis, bien, pero sino lo hacéis, me voy sola”. Fue ella quien tomó la decisión y la familia comprendió que no le quedaba otra alternativa que acompañarla.
Lo que hace aún más meritoria la decisión de Nona Irma es que es la primera vez que vive esta experiencia como voluntaria. Nunca antes había realizado trabajos de este tipo y es precisamente a los 93 años cuando se va a Kenia en misión humanitaria.
A este voluntariado le acompaña una de sus hijas, la madre de Elisa, y un matrimonio del pueblo, que desde hace muchos años viaja a este orfanato de Kenia a pasar sus vacaciones, ella ayudando con los niños y él en labores de manutención…
Se ve que el gen solidario se encuentra en la familia, porque la propia Elisa, madre de dos hijos, también pasa los veranos en Grecia ayudando a familias de siria que se encuentran atrapadas tras haber huido de la guerra.
Su primer mensaje al llegar fue: "Estoy bien. El viaje ha sido largo, pero ya estoy operativa. Y feliz”.
Por cierto, su maleta roja estaba cargada de postales y de hilos de colores, pegamento y tijeras porque una de sus pasiones es coser cajas viejas con postales y ahora se lo está enseñando a hacer a los niños.
Aunque está previsto que su estancia en Kenia sea tan solo de 3 semanas, la familia no descarta que quiera regresar pronto o que se quede en Kenia.
Su nieta Irina asegura que al igual que su abuela, todos deberíamos conservar siempre un pellizco de inconsciencia en nuestras vidas.
En estos momentos la NONNA Irma no sabe que se ha hecho famosa en Italia, y ya veremos la sorpresa que se va a llevar cuando regrese.