Choque cultural
Un empresario español da los fines de semana libres a sus empleados en China y le llaman 'tonto': "Es una señal..."
Adrián Díaz Marro, con 20 años de experiencia en el país, narra a Alberto Herrera su sorpresa al descubrir que su gesto era visto como una señal de que el negocio iba mal y no tenía futuro

Entrevista experto china Herrera en COPE
Madrid - Publicado el
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El empresario español Adrián Díaz Marro, con dos décadas de experiencia viviendo y trabajando en China, ha relatado en el programa de Alberto Herrera en COPE una de las anécdotas que mejor ilustran el profundo choque cultural entre Occidente y el gigante asiático.
Al intentar implantar la jornada laboral de lunes a viernes en una de sus fábricas, se encontró con una reacción inesperada por parte de sus empleados: el rechazo.
Lejos de agradecer los fines de semana libres, los trabajadores lo interpretaron como una señal de que la empresa no tenía suficientes pedidos y, por tanto, estaba abocada al fracaso.
¿Qué clase de empresario en su sano juicio, pudiendo tener las máquinas funcionando 30 días, las tiene 22"
Empresario
Esta mentalidad, según explica Díaz Marro, se basa en una lógica productiva completamente distinta. Un negocio que no opera a su máxima capacidad es un negocio sin porvenir, y ningún trabajador quiere formar parte de él.
"Me he buscado otro trabajo para el fin de semana"
No fue un hecho aislado. El consultor, autor del libro '21 claves para entender China en el siglo XXI', vivió una experiencia similar con su primera traductora. Tras ofrecerle librar los fines de semana, un día necesitó sus servicios un sábado y ella se negó. La razón dejó perplejo a Díaz Marro: 'Como me habías dado fiesta los fines de semana, me he buscado otro trabajo'.
La propia empleada le explicó la presión de su entorno: 'Tengo a mis padres, tengo a mis sobrinos, tengo a todo el mundo en casa trabajando de lunes a domingo, yo no me puedo quedar el fin de semana viendo la tele en el sofá'.
El portátil que nadie roba para guardar la mesa
Otra de las curiosidades que desmontan los prejuicios sobre China es el profundo respeto a la propiedad privada y la seguridad. Díaz Marro asegura que es una práctica habitual dejar el ordenador portátil o el móvil sobre la mesa de una cafetería para reservarla mientras se va al baño. 'Lo importante es la mesa, no el portátil', afirma, subrayando que la preocupación es que alguien ocupe el sitio, no que roben los objetos de valor.
Retener el sueldo, una práctica para "retener" el talento
En un país con 'desempleo negativo' donde las empresas se pelean por los trabajadores, algunas fábricas recurren a métodos impensables en España para retener a su plantilla.

Un trabajador asiático en una planta de producción.
Según el experto, era una práctica común, y que aún pervive en algunos sectores, retener el salario de los empleados durante dos o tres meses y pagárselo todo junto a final de año. De esta forma, se aseguran de que no abandonen la empresa. 'Cuando propuse que me negaba a hacer esto, me dijeron: Adrián, tú eres tonto. Si corre el rumor de que en esta fábrica no se retienen los salarios, vendrán todas las fábricas de este complejo industrial a robar trabajadores', explica.
Diferentes valores: de la limosna a la censura
Las diferencias alcanzan todos los aspectos de la vida. En China no se da limosna porque se considera que 'si estás en la calle pidiendo es porque te lo mereces', salvo que se trate de alguien con una discapacidad física evidente. Los hijos son vistos como 'una inversión' para la vejez ante la ausencia de un estado del bienestar universal. Incluso la censura es aceptada por la población. Díaz Marro cuenta que, al mostrarles una portada satírica de una revista española sobre la monarquía para denunciar la censura, la respuesta de los chinos fue de apoyo al veto: 'Nos parece fatal que una revista ridiculice a vuestro rey, es que los jefes de Estado se respetan'.
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