Javier Sierra desvela el objeto que resolvería la desaparición en el Everest de los británicos Irvine y Mallory: ¿Alcanzaron la cima?

Es el tema que aborda Javier Sierra con Sebastián Álvaro, aventurero y escritor

Redacción Herrera en COPE

Publicado el - Actualizado

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A más de 8.000 metros, George Mallory y Andrew Irvine, formaban parte de una expedición británica, fueron vistos desde el campamento base del Everest. Prácticamente, a un par de escalones de llegar a la cima. 

Era 1924. Por aquel entonces, nadie había sido capaz de alcanzar la cima. Nunca se supo si llegaron. Pero...¿qué pasó realmente? Hay datos y pistas que pueden hacernos entrar de nuevo en este misterio. Vamos a analizarlo en 'Herrera en COPE' con Javier Sierra.

Antes que nada, habla sobre el Premio Planeta (porque él fue ganador). Sierra asegura que, cada 15 de octubre, los pelos se le ponen como escarpias. Porque "recuerda perfectamente la emoción que sentía sabiendo que estaba entre los finalistas. Seguro que hay 10 autores expectantes para ver qué se decide".

Volviendo al tema que ocupará la sección de Sierra, y a nuestros dos protagonistas aventureros, indica que "la desaparición de Mallory es el santo grial de los alpinistas. Su desaparición dejó muchas dudas. Les vieron desaparecer. Los que le acompañaban a la cumbre más alta del mundo. Nunca les vieron bajar y dedujeron que habían perdido la vida en algún lugar". Y no los buscaron porque no había medios.

Lo Misterioso, con Javier Sierra

La preparación de aquella fecha... no es la de hoy. La noticia por lo que hablamos de esto es porque "el National Geographic hizo públicos unos resultados de una escalada del Everest. Han rescatado una bota antigua de cuero con un pie humano dentro y un calcetín en el que viene la inscripción de Irvine".

Alamy

Everest

Lo curioso de esta historia es que no se sabe si esa cima del Everest se tocó 30 años más tarde o en 1924. En el cuerpo de Mallory, cuando lo encuentran en 1999, hay varias pistas que dan a entender que sí llegó a esa cima.

      
             
      

Sierra responde que "oficialmente, quien pone el pie en el Everest es Hillary en 1953. Es decir, 29 años de este viaje. Ellos, si hicieron cumbre, nunca lo supimos. Y la única posible demostración de que hubieran hecho cumbre sería acceder a la cámara fotográfica con la que posiblemente, si llegaron a la cumbre, se fotografiaron. Pero esa cámara no ha aparecido".

"QUEDÓ ABIERTA LA PUERTA DE QUE PUDIERAN HABER LLEGADO A LA CUMBRE"

En 1999, se descubre el cuerpo de Mallory. Tenía 28 años. Era un veterano de la Primera Guerra Mundial. Lo encuentran con marcas profundas de cuerdas alrededor de la cintura. Es como si se hubiese caído y "con una pequeña pista interesante. Las gafas de sol las tenía en el bolsillo. Luego, ese accidente que habría tenido pudo haberse producido de noche. Así que quedó abierta la puerta de que pudieran haber llegado a la cumbre".

Así que, "quedó abierta la puerta de que pudieran haber hecho cumbre y el hallazgo de este pie humano reabre un poco la expectativa de encontrar el cuerpo de Irvine". 

      
             
      

No sabemos el lugar exacto, para evitar cazatesoros y "lo interesante es que habrá que volver ese lugar y tratar de encontrar esa dichosa cámara que tiene la solución a un misterio que forma parte de Patrimonio de la Humanidad".

Sebastián Álvaro es uno de los mayores alpinistas en España. Con él, analizamos este gran enigma. Se conoce perfectamente la historia porque ha escrito sobre ello. Indica al respecto que en el año 2000 hizo varios documentales que les compró la BBC sobre la reconstrucción de esta historia. Y, luego, hace 4 años y gracias a la pandemia, "escribí un libro que yo creo que es el ejemplar más completo para entender todas las claves de lo que pasó. Incluido el hallazgo de la bota de Irvine". 

Lo que se sabe con ese hallazgo es que, gracias a los objetos que sacaron de los bolsillos de Mallory y a lo que no había, "se puede especular sobre lo que pudo haber pasado. No llevaba ninguna foto de su mujer, cuando llevaba un montón de anotaciones al respecto. Incluso una carta de una antigua amiga. Tampoco tenía las botellas de oxígeno. 

      

Y las gafas de sol, en el bolsillo. Cabe deducir de que bajaran atarcediendo y anocheciendo. Y no llevaban las botellas de oxígeno, "lo cual quiere decir que cuando se acabó el oxígeno tiraron las botellas. De hecho, una de ellas, con el número 33, se encontró también en 1999. Con lo cual, encaja bastante".

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