Cartas a Herrera: “Qué bonito es equivocarse, y empezar de nuevo, y no perder la ilusión ni los nervios”

Cuenta Antonio Agredano la historia de un viaje en tren de Sevilla a Córdoba

Antonio Agredano

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Es viernes, último día de la semana, que Antonio Agredano despide con las 'Cartas a Herrera' en las que reflexiona sobre las cosas de la vida después de algunas de las experiencias que el periodista ha vivido a lo largo de la semana. Y como en toda carta que se precie, no puede faltar la tradicional posdata.

La otra mañana, muy temprano, cogí un Media Distancia en Sevilla para ir a Córdoba. Me gustan estos trenes lentos, populares, con revisor, y, si el tiempo me lo permite, los prefiero a esos otros trenes rapidísimos y llenos de gente con trajes y urgencias. Estaba ya acomodado en mi asiento cuando vi por la ventana a una pareja corriendo en paralelo al vagón. El tren, que ya había arrancado, se paró de repente, y la pareja, joven y guapa, entró por la puerta que estaba justo a mi lado.

Los dos iban en chanclas. Él con bermudas y camiseta. Ella con un vestido suave y fresco. Bajo los tirantes del vestido, se veían las cuerdas de un bikini floreado. Ella llevaba un bolso grande de mimbre, del que sobresalían unas toallas de playa, y él llevaba una sombrilla en la espalda, como el carcaj de un arco. Al entrar al tren se dieron cuenta, como en una epifanía, de su error. En Córdoba no hay playa, obviamente.

El revisor, nada más verlos, les dijo: "¿Queríais ir a Cádiz, ¿no?". Ellos le miraron con resignación. Sin enfados. Con risa nerviosa. Con una complicidad que me pareció tierna. Ninguno se reprochó el error, aún les latía el pecho tras la carrera. "A ver cómo podemos arreglarlo", dijo el revisor, y tras mirar un rato una maquinita que llevaba en la mano, les dijo: "A las doce podéis estar en la playa". Y los tres sonrieron, como quien se quita un peso de encima. Se bajaron en la siguiente estación y desde allí retomarían su viaje, esta vez, por el camino correcto.

Y pensé en cuántas veces, en la vida, hemos sido esa pareja entusiasta. En cuántos trenes nos hemos montado con prisa y por error. Cuantas estaciones recorrimos hasta encontrar, de nuevo, la dirección correcta. Y en qué bonito es equivocarse, y empezar de nuevo, y no perder la ilusión ni los nervios. Simplemente abandonarse al camino. Confiar en los demás. Llegar pronto o tarde, pero llegar. Llegar, al fin y al cabo.

P.D.

La gente suele preguntar: ¿Dónde vas? Pero muy pocas veces me han preguntado: ¿Cómo vas? Lo importante del camino siempre está por dentro. Porque si tienes fuerza y coraje y amor y entusiasmo, ni siquiera un tren equivocado podrá alejarte del destino soñado

Las 'Cartas a Herrera' de Antonio Agredano

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De lunes a miércoles, el periodista Antonio Agradeno aparece en 'Herrera en COPE' sobre las 10:50?h, aproximadamente, para darnos su particular visión de las cosas de la vida en sus 'Crónicas perplejas'.