Asegura Antonio Agredano en sus 'Crónicas perplejas' que "tomar postres es de cobardes"
Lo de los postres es siempre un dilema, porque como dice Antonio Agredano hay "dos tipos de personas: los que no piden y los que no piden pero se comen tuyo"
Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Hay dos tipos de personas. Los que no piden postre y los que no piden postre y se comen el tuyo. Estos últimos merecen, directamente, cárcel. Hay quien se come una naranja, que es una cosa vintage. Ese cuchillo con su mango de plástico blanco y el platito para echar las cáscaras. Pisos de setenta metros en Parque Figueroa. Mueble bar. Un servilletero hecho de punto. Cajas metálicas que, cuando se acaben las galletas, servirán de costurero. Los postres deberían ser todos así. Algo como de otra época. Gachas y natillas. Un flan en una fuente. Ese rollo. Melocotones en almíbar con un chorreón de nata.