'Crónicas perplejas': “Que Dios nos libre de los grupos de WhatsApp”

Habla Antonio Agredano de los grupos de WhastApp y de lo estresantes que pueden llegar a ser

Antonio Agredano

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En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".

'Miguel te añadió'. Parecen tres palabras sencillas, casi inofensivas, pero de sólo leerlas me dan escalofríos. Estás en casa tranquilo, viendo, no sé, un apasionante Getafe-Granada, tumbado en el sofá, con una fuentecita llena de gublins, con un vino rosado recién abierto… esperando… por qué no decirlo… esperando un pedido a domicilio, un McMenu Big Mac con papas deluxe… y te suena el móvil. Lo miras. Se ve borroso. Te pones las gafas de cerca… Abres el Whatsapp… 'Miguel te añadió'. “Fiesta reencuentro alumnos BUP 94-98 López Neyra”. Ya te han estropeado el planazo.

Y el grupo sin foto. Que sufro mucho cuando un grupo de WhatsApp no lleva foto. Es como no darle importancia. Las fiestas de antiguos alumnos, a todo esto, que sólo tienen un objetivo: ver quien está peor que tú. Que los heavys del instituto hayan perdido el pelo, que las guapas que no te hacían ni caso estén como un sollo, que el que te caía mal lleve camisas de cuadros con lamparones, mocasines descascarillados y calcetines blancos de raquetas.

En fin, que detrás de cada “fulanito te añadió” a un grupo de Whatsapp hay una historia como la de los libros aquellos con la portada roja de ´Elige tu propia aventura´. El grupo del colegio de los niños. El grupo de la gente del trabajo para temas de fuera del trabajo en el que al final sólo se habla de las movidas del trabajo. El grupo de las pachangas en el que gente a la que sólo conoces de echar partiditos los miércoles te quieren vender seguros o lo que cada uno haga. El grupo de primos. Primos a los que sólo de vez de boda en boda o de tanatorio en tanatorio y que está ahí pero que casi nunca habla nadie.

Y luego, estás en un grupo, que ya es una movida. Y, de pronto, te suena, miras, y alguien ha dejado un audio de tres minutos. Ante un audio de tres minutos en un grupo cualquiera. Del cole, de familiares, del curro… piensas: debo poner en silencio este increíble Getafe-Granada. Este duelo Bordalás-Paco López, que son el Bilardo-Arrigo Sacchi de nuestros tiempos. Y ponerme a escuchar a alguien tres minutos. Para eso ha quedado mi vida, tras tanto esfuerzo, para estar aquí un sábado noche con el móvil como si me estuviera comiendo una tostada por la oreja.

Los audios son como los huevos kínder de niños. Que los abres con ilusión pero al final lo que traen dentro es una tontería. En fin. Que Dios nos libre de los grupos de Whatsapp, que de las peticiones de amistad del Linkedin ya me libraré yo.

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