'Crónicas perplejas': “La vida es corta y el dinero es algo prosaico”

En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".

Hace unos años, las personas se iban a la India para conocerse a sí mismos. El año que viene tendrán que conformarse con Fuengirola. Lo malo, es menor espiritual. Lo bueno, que entre un espeto y el pollo tikka massala, pues ya sabéis que ahí salís ganando.

Menos fiordos y más terracitas a orillas del Guadalquivir. Menos cúpula de Brunelleschi y más la parroquia de tu pueblo. Entre la quinta avenida de Nueva York y la Ronda de los Tejares de Córdoba yo no encuentro demasiada diferencia, la verdad. Menos Bali y más Chiclana.

Está el mundo carísimo. Qué cosa más bonita eso de hacerse bocadillos a escondidas para el almuerzo en los desayunos de buffet libre. Ahí, debajo de la mesa, envolviéndolos en servilletas y metiéndolos de tapadillo en la mochila como camellos de poca monta en The Wire.

Algo ha cambiado. Tras la pandemia o viendo cómo los valores de nuestra sociedad se deshacen, pero algo ha cambiado. Queremos llevárnoslo todo puesto. Vivir, disfrutar, viajar, comer bien, beber buenos vinos. Reír y sentir sin mesura. Que tanto trabajo tenga una recompensa inmediata. Que nuestro cuerpo lo disfrute. “Quien no aprecia los placeres de la vida, no los merece”, como dijo Da Vinci.

A mí me parece estupendo. Ahorrar es una vulgaridad. El dinero está para gastarlo. Poca felicidad mayor que ese camarero llegando con la cubitera llena de hielo y metiendo el vino rosado fresquito y que pasen las horas rodeado de gente a la que quieres. Hablando de la vida, de las pasiones y del futuro.

Ya empezarán el curso y los trabajos, las prisas, los enfados, los atascos. Ya se romperán los electrodomésticos. Y tendrás que pagar la derrama para que hagan obras en el portal. Pero hasta entonces, vivamos, gastemos y démosle al cuerpo alegría. Que la vida es corta y el dinero es algo prosaico.

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