'Crónicas perplejas': "Las canciones son solo páginas de nuestro diario puestas en boca de otros"
Habla Antonio Agredano de grupos de música que se disolvieron o desaparecieron y de artistas retirados o fallecidos
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En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.
Soy de ese tipo de personas que cuando están tristes se ponen canciones tristes para tocar fondo de la mejor forma posible.
Como ya tengo una edad, mis cantantes favoritos se han ido muriendo. Me quedé con ganas de ver a David Bowie o a Lou Reed, pero tengo un puñado de conciertos inolvidables a mi espalda.
Llegué a ver a The Cranberries, en Madrid. Y recuerdo a aquella Dolores O´Riordan salir al escenario con un abrigo de animal print llena de rabia y de belleza. Vi a Morrissey, y casi rozo su mano. Vi a Radiohead, y lloré solo en una esquina del escenario mientras tocaban Exit Music porque mi amor, mi encendido amor de juventud, se había convertido en ceniza.
Qué importante son las canciones. De qué forma nos acompañan, como capítulos de una vida que no se detiene. Sigo tumbándome en la cama, como cuando tenía doce años, con los auriculares puestos. Ya no apoyo el walkman en el pecho, ni siquiera el discman, ahora busco en el móvil discos antiguos y cierro los ojos.
Y soy capaz de viajar a otros días, a otros brazos y a otros besos. Vuelo sobre las guitarras y recuerdo antiguas tristezas, y veo abiertas heridas que ya creía cicatrices, y pienso en lo rápido que va todo.
En cuantas canciones me hicieron bailar o romperme o, simplemente, me dieron refugio en aquellas noches de insomnio. Cuando el mundo se pone en tu contra, cuando uno se siente ridículamente solo, cuando apenas nos queda el consuelo de un grupo que escribe la música de nuestras perdidas.
Las canciones son sólo páginas de nuestro diario puestas en boca de otros.