'Crónicas perplejas': "Todo cabe en el corazón y allí todo perdura y se conserva"
Habla Antonio Agredano sobre desprenderse de las cosas
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En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.
Ahora vivo en un piso más pequeño. Tengo demasiados libros. Mis bajos y mi amplificador también ocupan mucho espacio. Y luego están los juguetes de los niños. El castillo de Greyskull, sus masters, y un montón de pistolas de plástico, espadas y muñecajos varios.
Me he mudado tantas veces que he empezado a convivir con la pérdida. En cada casa dejé algo de mí. Algo íntimo y algo físico. Muebles y recuerdos. Quiero pensar que la vida es una búsqueda interminable. Que ocupamos nuevos lugares. Que llamamos hogar a cualquier cosa. También a esta vivienda pequeña, con cajas aun sin abrir, con esta extraña sensación de provisionalidad.
Con los años he aprendido a desprenderme de casi todo. Porque lo importante, lo verdaderamente importante, lo llevamos dentro. El amor y la culpa. La felicidad y las noches en vela. Los besos, las canciones, los principios y algunos finales. Todo está apilado en el pecho. Mezclado. Hecho un desastre. Un precioso desorden al que llamamos: haber vivido.
Nada nos vamos a llevar al otro lado. Ni los libros que leímos, ni la ropa que nos pusimos, ni el sofá donde pasábamos los domingos tumbados. Nada permanece. Tampoco nosotros. Y me gusta que sea así. Que todo sea de paso. Que seamos fugaces e intensos. Que vivamos con determinación y con ganas.
Porque las cosas pasan. Los objetos se estropean. Se venden. Se rompen. Se regalan. Pero los sentimientos, pero el tacto, pero la memoria, eso es algo irrompible. Eso es algo para siempre. Porque todo cabe en el corazón y allí todo perdura y se conserva.