'Crónicas perplejas': “A veces está bien abandonar, está bien decir hasta aquí. Sin culpa ni pena”

En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.

Algún día, ya viejo y arrugado, me miraré al espejo y maldeciré no haber tenido una rutina constante de cremas, jabón y potingues varios. Tengo un problema. Yo soy un hombre de principios. Me encanta empezar cosas, pero ay, acabarlas, eso es otra cosa.

Soy todo entusiasmo al principio. Si son cremas, compro cremas, las ordeno en el lavabo, tengo tres o cuatro días perfectos. Pero luego me voy desfondando. Como con los deportes. Tendríais que haberme visto en mi primer partido de pádel. Parecía que iba a pelear por el campeonato de España. Conjuntado, motivado, cuando me vieron llegar se asustaron los rivales. Luego le di a la primera bola y nada, se vio que era todo fachada.

Pero quiero reivindicar algo que está muy mal visto, pero que hay que recordar de vez en cuando: a veces está bien abandonar. Está bien decir hasta aquí. Sin culpa ni pena. Parar los grandes proyectos, y los pequeños, quitarnos presión y esfuerzos.

Soy un hombre sacrificado, con el tiempo hasta disciplinado, pero también he aprendido a decir que no. A saber perdonarme en los fracasos. A buscar la pausa, respirar más profundo y obligarme a un fin de semana de sofá y manta. A dejar las cosas para mañana. A respirar. A no hacer lo que se supone que debemos hacer. A no cumplir siempre. A no satisfacer a todos todo el rato.

Tengo un amigo que cada vez que me ve agotado, superado por la cotidianidad, por el día a día, me dice: “Agredano, somos jóvenes, sólo necesitamos un descanso”. Y tiene razón. Y aunque suene contradictorio, a veces, para llegar más lejos, es necesario regresar. A veces, para ir más rápido, es necesario parar.

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