"Sí, Hitler era drogadicto": una historiadora revela por qué el médico del dictador le recetaba esta sustancia
Ana Velasco explica la razón por la que el líder nazi consumió desde 1937 hasta 1945, es decir, los últimos nueve años de su vida, la metanfetamina

Alberto Herrera conoce las curiosidades de la historia detrás del consumo de drogas por parte de Adolf Hitler con la historiadora Ana Velasco
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La figura de Adolf Hitler sigue siendo objeto de estudio y controversia más de medio siglo después de su muerte. Uno de los aspectos más sorprendentes de su vida fue su adicción a las drogas, una faceta que pocos conocen a fondo. La historiadora Ana Velasco ha desvelado en una entrevista con Alberto Herrera en COPE cómo el dictador nazi, desde 1937 hasta su muerte en 1945, consumió metanfetamina, cocaína y una combinación de otras sustancias bajo el tratamiento de su médico personal, el doctor Theodor Morell. Hitler, en lugar de ser el líder imponente que conocemos, estaba bajo el efecto de estas drogas, lo que influía en su comportamiento y salud.
El rol del doctor Morell
El acceso a sustancias como la metanfetamina, que en aquella época se comercializaba bajo el nombre de "Pervitin", era completamente legal. Según Velasco, no debemos juzgar el consumo de drogas en ese entonces con la perspectiva actual. "Era un tratamiento médico, no recreativo", explica la historiadora. A lo largo de los últimos años de su vida, Hitler, como parte de su régimen de salud, recibió Pervitin, una droga que, según los médicos de la época, combatía la fatiga y la depresión.
El doctor Theodor Morell, quien estuvo a cargo del cuidado de Hitler, no era reconocido por su rigor médico, pero su relación con el dictador comenzó en 1936. "En 1937, Hitler ya empezaba a consumir metanfetamina y otros estimulantes. Se le suministraban tanto por vía oral como intravenosa", relata Velasco. En este contexto, se entiende que Morell le administraba diferentes sustancias, entre ellas cocaína, que se creía que limpiaba los pulmones y aliviaba la tos, y adrenalina, lo que ayudaba a mantener a Hitler alerta durante los momentos más críticos de la guerra.
El deterioro físico y mental de Hitler
El consumo de estas sustancias no era solo una cuestión de fatiga o estrés. El dictador alemán sufría de una serie de problemas físicos, como dolores de estómago y una grave condición en la piel, específicamente un eccema en las piernas. Estos problemas, que requirieron tratamientos agresivos, fueron la razón por la que Hitler comenzó a depender de los fármacos recetados por Morell. No obstante, la situación empeoró tras el atentado de 1944, en el que una bomba explotó cerca de Hitler, dejándolo gravemente herido. A partir de ese momento, su salud se deterioró rápidamente, y las drogas que consumía contribuyeron a su pérdida de control y a su comportamiento errático en los últimos meses de la guerra.

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Este aspecto de la vida de Hitler no se limitaba a su uso personal. Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados del Tercer Reich también dependían de anfetaminas para mantenerse alertas y combatir la fatiga. En este sentido, el doctor Morell no solo trataba al dictador, sino que su influencia se extendía a la élite nazi, que también utilizaba sustancias para mejorar su rendimiento en el campo de batalla. En una conversación con Alberto Herrera, Ana Velasco comenta que el consumo de estas drogas era parte de una estrategia militar para asegurar la eficacia de los soldados: "Los soldados alemanes estaban drogados, al igual que en Japón".
¿Una consecuencia de su salud?
La relación entre la salud de Hitler y su consumo de drogas ha sido objeto de debate. Algunos historiadores sugieren que el dictador pudo haber padecido enfermedades como la sífilis o el Parkinson, lo que podría haber sido exacerbado por el abuso de estas sustancias. Según la historiadora, hay teorías que apuntan a que la sífilis, que Hitler habría contraído durante su juventud, podría haberse reactivado en 1937, lo que contribuyó a su deterioro físico y mental.
En sus últimos días, Hitler estaba tan afectado por los efectos de las drogas y las heridas sufridas en el atentado que su salud era casi irreconocible. Ana Velasco menciona cómo la película "El Hundimiento" retrata a un Hitler deteriorado y casi incapaz de hablar o moverse, lo que podría haber sido el resultado del abuso de drogas, junto con sus problemas de salud previos.

El doctor Theodor Morell y Adolf Hitler
El uso de sustancias no solo estuvo limitado al dictador, sino que se convirtió en una herramienta de control en el Tercer Reich. Con la desclasificación de documentos históricos, se ha descubierto que los nazis recurrieron a este tipo de tratamientos para controlar a su élite y mantener su eficacia durante la guerra.