Herrera, a Sánchez: "Irene Lozano es una negra empática: sabe ponerse bajo la piel de su mandante"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Esta tarde va a tener lugar la presentación de las memorias que Irene Lozano le ha escrito a Pedro Sánchez. Será en el hotel Intercontinental de Madrid y acompañarán al autor putativo dos estrellas algo declinantes de programas televisivos: Calleja y Mercedes Milá. Habrá que estar atentos a las crónicas de negritas. Este tipo, que nos está saliendo a mitin por día contará con la fervorosa asistencia de sus ministras y ministros. ¿Le aplaudirán puestos en pie a su llegada?¿Cómo llevarán el trago mi Borrell y mi Marlaska? La vida política tiene servidumbres que no somos capaces de imaginar los ciudadanos de a pie. Hablar de dignidad es ocioso. Ya no se trata de eso en la vida pública española.

¿Y por qué ha escrito Lozano ese Manual de resistencia? Vale, bien, por dinero y por la Secretaría de Estado, eso va de suyo, pero lo que cabe preguntarse es por qué le ha escrito ese libro. Uno cree que Irene tiene otros registros y que podría haberle perpetrado una cosa más aseadita desde el punto de vista sintáctico. No digo más inteligente, porque eso denotaría la impostura e Irene Lozano es una negra empática: sabe ponerse bajo la piel de su mandante. Por otra parte, un libro inteligente no habría podido escribirlo él, justo lo contrario que cuando el lector se asoma en este a la anécdota del colchón: No podría haberlo escrito otro. Bueno, pues Pedro Lomónaco se ha gustado en la jugada y La Moncloa ha anunciado que dentro de ocho años le van a escribir otro.

Para entonces ya tocará cambiar de colchón. El doctor Pikolín nos ha traído una unidad de medida para la vida política: no contamos por legislaturas, sino por colchones. Hay otra manera de medir, claro, que es por discursos del Rey. En 2017 acudí a la Fiesta nacional para agradecerle su discurso del 3 de octubre. Su discurso de ayer ante el XXVI Congreso Mundial del Derecho, ante los principales juristas de 75 países nos obliga al reconocimiento, muy especialmente cuando la Jefatura del Estado y los jueces se han constituido en el pelotón spengleriano que va a salvar la civilización ante el silencio ominoso del doctor Myperson y sus palmeros.