Santi González: "Me da la impresión que lo de Sánchez va a ser un salto enorme contra el Estado de Derecho"
Analiza el tertuliano de ‘Herrera en COPE’ la ‘jugada’ del presidente del Gobierno con los líderes del procés
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Estaba cantado. Ayer publicaba El Mundo en su portada la amenaza y hoy publican todos medios su confirmación. Después de amagar con la purga de los abogados del Estado del 1 de octubre, la ministra Lola Delgado obliga a la Abogacía a retirar el cargo de rebelión a los golpistas. Sánchez ha vuelto a pagar el alquiler mensual de La Moncloa en los términos que pactó su valido Iglesias con Oriol Junqueras en la cárcel de Lledoners.
También está muy claro cuál va a ser el paso siguiente de esta ópera bufa. La reiterada negativa del doctor Fraude a responder a la sencilla pregunta de Albert Rivera sobre si albergaba la intención de indultar a los golpistas catalanes: “Es muy sencillo, diga sí o no”. No hubo manera. Rivera insistía y Sánchez respondía con la más genuina ortodoxia del método Ollendorf: “J’ai perdu la plume dans le jardin de ma tante”.
Me da la impresión que lo de Sánchez va a ser un paso muy pequeño para satisfacer a los golpistas, pero un salto enorme contra el Estado de Derecho. No será bastante para una tropa que no se conforma con gestos y que reclama hechos, que solo vendrían cuando, una vez condenados, decida el Gobierno indultar a la docena y media de encarcelados por los hechos de hace un año.
Haría falta si este Gobierno tan descabellado consigue hacer con la Fiscalía lo mismo que con la Abogacía del Estado. Lo que pasa es que ese supuesto no acabaría con los problemas de los procesados ni del Gobierno. La doctrina Atutxa admite que la acusación popular pueda ser la que impulse el juicio en solitario.
Otro asunto: son malos tiempos para Dolores de Cospedal. Todo da la impresión de que Pablo Casado está preparando el terreno para dejarla caer. Es verdad que no ha mentido tanto como Lola Delgado, la otra contertulia famosa de Villarejo. Pero es extraordinario que ella y su marido compraran los servicios de un comisario para vigilar ¡a un compañero de partido! Eso sí que es aplicar recursos públicos para fines muy privados