"Vox cometerá un error irreparable si condiciona la investidura a sus demandas de la violencia de género"

El análisis de la actualidad de Santi González en 'Herrera en COPE'.

El estado del arte en la formación del nuevo Gobierno de Andalucía ofrece al día de hoy motivos para la reflexión y aun para la depresión. Si alguna conclusión ofrecieron los resultados de las elecciones el pasado dos de diciembre es la alternativa tras 36 años de gobiernos ininterrumpidos del PSOE.

Tiene razón el PP cuando advierte de que no se debe hacer política con tuits, pero es una observación que también podría aplicársela a sí mismo y a su socio en el intento de asaltar San Telmo. También debería tener razón al advertir que la Ley contra la violencia de género no es una cuestión autonómica, lo que pasa es que en el pasado mes de julio el Parlamento andaluz aprobó una reforma de la Ley para crear un Observatorio Andaluz para la Violencia de Género. O sea, un chiringuito.

Y resulta que Susana Díaz va a postularse como candidata a la investidura, una decisión lógica a la vista del caos de la estrategia negociadora de sus adversarios.

Bueno, no sé si caos, pero el reparto de consejerías lo van negociando a buena marcha. Eso sí, los partidos para esto andan más listos para repartirse el poder que para negociar políticamente. Es la estrategia del cocido maragato que descubrió, como tantas cosas, el PSOE. Se trata de ir por la proteína y luego Dios dirá. Abascal cometerá un error irreparable si se empeña en condicionar su apoyo a la investidura a que se acepten sus demandas en materia de violencia de género. Aunque no le falten razones. Lo que es más difícil de entender es lo de Ciudadanos, que mantenía en diciembre de 2015 las posiciones que hoy tiene Vox, incluida la terminológica: Violencia intrafamiliar, lo llamaban y denunciaban la asimetría penal entre hombres y mujeres. Otro día hablamos de la eurofobia y de lo que decía Villegas, que era el número 2 de Libertas en las europeas de 2009, detrás de Durán Durán.