Expósito, en homenaje a los 2 policías de Argamasilla: "Se juegan la vida hasta en la puerta de un colegio"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La clave de Ángel Expósito en 'El Paseíllo de El Tron' de este viernes en Herrera en COPE nos situa en Argamasilla de Alba en el trágico suceso ocurrido el pasado miércoles cuando uno de los vecinos de esta localidad enloquece en una discusión con su padre de 80 años al que agrece, luego coge un rifle de mira telescópica y de largo alcance que tenían en su casa y se pone a disparar a las personas que encontraba en su camino, como el vecino colindante de su parcela y a los guardias civiles y policías locales que acudieron a la llamada de auxilio de otro vecino.

El balance de tan trágica acción fue la muerte de dos personas, más la del propio tiroteador que fue abatido por la Guardia Civil.

El policía local asesinado, al que el tiroteador le descerrajó un tiro en la cabeza, era Alejandro que llevaba 14 años destinado en Argamasilla con su mujer con la que había montado un negocio de manualidades y que tenía una niña de 7 años. En COPE hablamos con Pedro Congosto que es primo de este policía y que es alcalde de Santa Olalla de Toledo, "vivía en Talavera y acabo de llegar a Argamasilla y están destrozados, los padres, toda la familia, su mujer, están destrozados".

Alejandro y su compañero de patrulla, Javier Delgado, que resultó herido y se ha salvado de milagro, vigilaban la entrada y salida de un colegio de Argamasilla, y de repente, esta gente que está acostumbrada a pequeños delitos, son los primeros que con el chaleco antibalas (que a veces decimos, jo que exagerado el municipal con el chaleco), se plantan delante de un tipo con rifle automático que se pone a pegar tiros.

A veces valoramos demasiado muy poco algunos trabajos como el de los policías locales como estos dos agentes, policías de pueblo, que se presentaron allí los dos intentando mediar, intentando rescatar a un agricultor que estaba moribundo por los balazos, se llevaron sendos tiros y una de ellos le reventó la cabeza.

Lo dicho, hay trabajos que no valoramos y un policía municipal también se juega la vida aunque esté en la puerta de un colegio ayudando a los niños a cruzar.