Un día infiltrado en los peligrosos barras bravas de Boca

Javier Negre pasa el día de la final de la Copa Libertadores con los seguidores más peligrosos de Boca Juniors.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Este domingo se celebró la gran final de la Libertadores entre el River Plate y Boca Juniors de Argentina que se vieron obligados a jugar fuera de su país precisamente por la radicalidad de sus aficiones que obligaron a suspender el partido de vuelta de la final y a celebrarlo en Madrid. En el partido de ida hubo graves disturbios, apedrearon el autobús de Boca Juniors, los jugadores resultaron heridos y había pánico a que se repitiese la escena. 

Afortunadamente en Madrid no hubo ningún incidente. La capital se blindó. Más de 2.000 efectivos policiales y también ayudó que sólo viajasen una veintena de barras bravas de cada equipo. Aquellos que no tenían antecedentes penales. Los más limpios. El resto de aficionados que acompañaron a sus equipos eran de las peñas que tienen River Plate y Boca Juniors por todo el mundo. 

La decisión de estos aficionados más violentos de no viajar ha Madrid vino precedida de la deportación en los días previos al partido del número dos de la barra brava de Boca Juniors y a su familia, la Policía argentina lo comunicó a todos los medios argentinos y eso provocó que el líder de la barra brava de Boca anunciase que no se iba a montar ni en el avión. Sus acólitos siguieron sus pasos. El trasvase de información entre las autoridades argentinas y españolas fue increíble y hubo doble filtro para que no se colase en nuestro país ningún radical. El primero en el aeropuerto de Madrid donde la Policía Nacional tenía un listado con los aficionados con antecedentes y en los accesos del campo se desplegaron policías argentinos con los llamados 'semáforos'.

Javier Negre decidió investigar el papel de los barras bravas y la conclusión a la que ha llegado es que sí tienen un papel relevante tras hablar con aficionados, periodistas y directivos de ambos clubes. Son tan peligrosos y tienen tanta influencia que fue el líder de la barra brava de River el que quiso cargarse el partido de vuelta cuando decidió que los suyos apedreasen el bus de Boca.

Negre pudo hablar con varios miembros del grupo radical de Boca Junior en la fan zone del equipo xeneize. A Negre le sorprendió  uno de ellos llevaba una riñonera llena de entradas, así que siguieron haciendo negocio incluso fuera de Argentina.