Informe Negre: La guerra de los narcos en la Costa del Sol
El periodista Javier Negre nos habla esta semana del conflicto que vive la Costa del Sol con el problema de la droga como telón de fondo.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El pasado martes secuestraron en Estepona a un narco y luego lo mataron a tiros en Algeciras. Se llamaba Brian, era un joven narco de Valencia con residencia en Algeciras y antecedentes por tráfico de drogas. Había estado en la prisión de Botafuegos por un alijo de hachís de 100 kilos. Se encontraba cenando con un amigo en un restaurante del paseo marítimo de Estepona, cuando varios encapuchados comenzaron a dispararle ante la mirada de decenas de curiosos. Él salió corriendo y más tarde consiguieron atraparle e introducirlo en un BMW X5.
Dos horas más tarde lo matarían en un descampado de una puñalada en el costado y un disparo en el hombro. El cuerpo apareció en calzoncillos y cuando los agentes de Policía lo encontraron no tardaron en reconocerle por los tatuajes que llevaba. Era un viejo conocido de la Policía.
Brian se dedicaba a dar vuelcos de droga que es robarle la droga a otros narcos. Los vuelcos de droga se hacen o bien en ‘guarderías’, locales o naves que alquilan los clanes del narcotráfico para depositar la mercancía antes de su distribución, o durante una entrega. Según la Policía, es probable que Brian le hubiese robado a un importante clan que opera en el Campo de Gibraltar. Los agentes alertan que ahora los vuelcos de droga están a la orden del día. Es decir, los narcos ven más facil que introducir droga robársela a otros.
Se ahorran personal, costes operativos y el riesgo de ser detenidos en plena entrega de mercancía. Según explica la Policía, ahora llegan a usar hasta placas de policía y de guardia civil falsas para interceptar la mercancía de otros narcos rivales. Pero cuando son conocedores de que han sido robados por otros narcos no tardan en poner precio a su cabeza y contratan una oficina de sicarios. Parece ser que a Brian le habían lanzado varios avisos y había hecho caso omiso.
Este hecho no ha sido un hecho aislado. En la Policía Nacional ven con cierto alarmismo el repunte de la violencia en la Costa del Sol a consecuencia de la lucha entre las mafias organizadas que se disputan el control del tráfico de la cocaína en la zona. Fuentes policiales explican que ahora mismo el control se lo reparten entre bandas magrebíes, británicas, españolas, colombianas y serbias que compiten por la hegemonía incluso robándose entre ellas. Los métodos que usan para saldar cuentas son los más expeditivos. La última víctima fue un escocés al que le hicieron la sonrisa del payaso, un método consistente en rajar la comisura de los labios a una persona y obligarla a gritar hasta que se le desagarre la cara por los extremos.
A mediados de septiembre, un joven inglés sufría un accidente de tráfico en Puerto Banús, se daba a la fuga y los agentes de la Policía Nacional lo localizaban en una urbanización en Estepona. El hombre les abrió la puerta, les condujo a su habitación y allí comenzaron a dispararle a los policías que tuvieron que abatirle salvando la vida de milagro. El pasado mes de mayo, un conocido narco de Marbella apodado ‘El Maradona’ era asesinado a tiros a la salida de la primera comunión de su hijo. Los agentes de la Policía Nacional están trabajando sin destajo para que la Costa del Sol deje ser una zona de guerra o un lugar de refugio para los grandes bandas de narcotraficantes.
El plan que puso en marcha el ex ministro Zoido para combatir la droga en el campo de Gibraltar después de que un narco atropellase a una niña con una lancha rápida y que otro narco arrestado fuese liberado en un hospital aumentó la dotación policial en la zona y, por tanto, ahora es más complicado mover droga en esa zona. Han preferido moverse unos kilómetros a una zona donde pueden vivir en impresionantes y blindadas villas y montar exclusivos negocios para blanquear dinero. Los agentes de la Policía Nacional trabajan a destajo para que la Costa del Sol no sea zona de guerra de narcos, pero faltan efectivos policiales. Y hay alarmismo social.