Paqui Granados, la asesora feminista que ha ‘arruinado’ la vida a Juana Rivas
Javier Negre dedica su 'Informe Negre' de esta semana a la asesora feminista Paqui Granados.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Esta semana, el Infome Negre está dedicado a Paqui Granados, la feminista que asesoró de la peor de las formas a Juana Rivas hasta conducirle a una condena a cinco años de prisión. Ya sabes que hace unos días, la Audiencia Provincial de Granada ratificaba la condena a cinco años de prisión por dos delitos de sustracción de menores impuesta a Juana Rivas tras permanecer en paradero desconocido en verano de 2017 para no entregar a sus hijos al padre Francesco Arcuri. Y el pasado miércoles, un juez italiano le quitaba la custodia y la acusaba de manipularlos. El mal asesoramiento por parte de Granados y la fe ciega en ella de Juana fueron claves en el desastre judicial de esta última.
Granados, nacida en la localidad granadina de Benalúa de las Villas en los 60, era la directora del Centro de Atención a la Mujer y responsable de Igualdad en el Ayuntamiento de Maracena y llevaba desde los años 80 defendiendo los derechos de las mujeres. El caso de Juana Rivas le catapultó hasta el estrellato de la causa feminista. Se convirtió en un referente del feminismo más radical e incluso empezó a hacer sus bolos por toda España.
Juana Rivas, que es procedente de Maracena, acudió a Paqui Granados como responsable del centro de Atención a la Mujer del Ayuntamiento de Maracena en junio de 2016 para denunciar que estaba siendo víctima de malos tratos y explicar que no quería devolver a sus hijos a su padre que estaba en Italia. Paqui se convirtió, a pesar de que no estaba colegiada como abogada, en la asesora legal y mediática de Juana Rivas a quien recomendó convertir su causa en un asunto público.
Ya contamos hace unos meses en este espacio que la Ley de Violencia de Género en Andalucía permite a funcionarios municipales del estilo de Paqui Granados abrir un procedimiento por violencia de género contra un hombre e incluso ponerle un psicólogo cuando su pareja se queja de un presunto maltrato sin ni siquiera presentar denuncia policial, parte de lesiones o informe forense.
Esta situación, que ahora quiere corregir Vox exigiendo a los evaluadores de los casos de violencia de género una titulación específica, ha dado mucho poder a figuras del estilo de Paqui Granados que proliferan en otros puntos de Andalucía y que han abierto juicios paralelos a algunos hombres sin haber mediado denuncia y a sus mujeres en víctimas de violencia de género y beneficiarias de ayudas sociales. El centro de atención a la mujer de Maracena dirigido por Granados dio a Juana Rivas la categoría de víctima de violencia de género antes de que se pasase por la comisaría y sin que realmente hubiese pruebas de ello.
Paqui Granados aconsejó a Juana Rivas con argumentos que ningún abogado con dos dedos de luces le habría dado. Según fuentes del caso, fue ella la que le recomendó que interpusiese la denuncia por malos tratos a Francesco Arcuri el 12 de julio de ese año. Era el comienzo de una estrategia suicida que consistía en alegar sin prueba alguna violencia machista y a partir de ahí saltarse la legalidad y presionar a la Justicia mediante los medios de comunicación.
La denuncia fue presentada en una jurisdicción errónea (los hechos sucedieron en Italia, pero se han denunciado en España y meses después), y a falta de pruebas todo se intentó apoyar en que Arcuri había sido denunciado por malos tratos en 2009 y en el testimonio del hijo mayor de la pareja, cuya declaración no es vista en Italia como incriminatoria para el padre. La psicóloga acabará sosteniendo, de hecho, que la madre lleva meses presionándolo y manipulándo. La mayoría de los medios dieron por buena la versión de Rivas, se posicionaron a favor de ella sin ni siquiera haberse estudiado bien el caso o escuchar al abogado de Arcuri. Y si lo hicieron mal por ellos.
La Justicia determinó que Juana Rivas tenía que entregar a sus hijos, pero Granados le recomendó que no los entregase y le apoyó cuando se escondió durante casi un mes con sus hijos saltándose el mandato judicial de la Audiencia Provincial de Granada que hasta en dos ocasiones había ordenado a Juana Rivas “la restitución inmediata” de sus hijos al progenitor. La desobediencia de la granadina obligó a la jueza a activar una orden de busca y captura. Fue Granados la que se encargó de redoblar la presión mediática y forzó la movilización social y política cuando Juana se encontraba en paradero desconocido con sus criaturas.
E incomprensiblemente, los políticos apoyaron a Juana Rivas durante su fuga. Desde el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hasta la entonces presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. A ver quién iba a ser el guapo de ir en contra de una mujer que tenía el apoyo de la calle y de los medios. Susana Díaz llegó a tuitear, el 25 de julio de 2017, sólo un día después de que el juez de guardia diera a la madre 48 horas para entregar a los niños en la Comandancia de la Guardia Civil: «Todo mi apoyo a Juana Rivas en su lucha por proteger a sus hijos. Los niños también son víctimas de la violencia machista».
Sin embargo, la confienza de Rivas en Granados se quebró cuando vio que era condenada a cinco años de prisión por sustracción de sus dos hijos. Fue ahí cuando, según su entorno, la imagen de Granados se le desmoronó, El propio juez de Granada, Manuel Piñar, le llegó a decir a Rivas que estuvo mal asesorada. Su defensa trató de alegar este motivo para exonerarla de cualquier responsabilidad penal, pero la respuesta del magistrado fue tajante. "Pues haber elegido mejor a sus abogados", le espetó el magistrado en referencia a “Paqui” que tiene mucho que ver en el hecho de que si no lo evita el Supremo, Rivas vaya a prisión, se quede sin la custodia de sus hijos durante seis años y tenga que someterse a un tratamiento para reaprender a ser madre.
En su sentencia el juez desprecia a la asesora feminista al recoger así la entrada en escena de Granados: "La acusada toma parte en una campaña mediática, con rueda de prensa incluida, al frente de la cual aparece una tal Francisca Granados Gámez, quien adoptó la función de portavoz y asesora legal de Juana, llegando a manifestar el 25 de julio [de 2017] que los menores no habían sido entregados».
Paqui Granados, sin embargo, se va de rositas tras su ‘papelón'. Y todo porque la denuncia por intrusismo que le interpuso el Colegio de Abogados de Granada contra ella no prosperó ni tampoco fue condenada cuando la Justicia le investigó por inducir a la mujer a fugarse con sus hijos. Y eso a pesar de que el juez italiano que le ha retirado la custodia de sus hijos deja claro que Juana Rivas siempre toma sus decisiones en base a una referencia externa y esta referencia no era otra que Paqui Granados.