Toño Matilla, el capo taurino que ha acabado con Talavante
Javier Negre ha investigado esta semana a quien maneja los hilos del mundo del toro, el empresario Toño Matilla.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Tras la retirada de Alejandro Talavante el periodista Javier Negre ha investigado el motivo de que una de nuestras grandes figuras haya dejado los ruedos. Y ojo que tiene miga el asunto.
Talavante, tras la Feria del Pilar de Zaragoza, abandona de manera definitiva los ruedos, según su entorno, harto del «boicot» del capo de ese sistema formado por cuatro grandes familias que se reparten el negocio taurino. «Víctima» del empresario, ganadero y apoderado salmantino Toño Matilla. Del que fue su representante hasta hace cuatro meses. Un hombre que siempre rehúye los focos en el callejón. Un Maquiavelo que se maneja mejor en las sombras.
Talavante tras triunfar en San Isidro le pidió 15.000 euros más por corrida. Situarse en el mismo escalafón salarial que José María Manzanares, el torero predilecto de Matilla. Pero el apoderado se negó a ello, decidió romper con él y tienen una fuerte bronca. Esta petición de Talavante podía provocar que los grandes empresarios que forman el sistema se cabreasen, le subiesen el caché de los toreros que apoderan y que otros toreros le pidiesen más dinero. Al final el sistema genera toreros funcionarios que rinden al máximo.
Se pelean y el apoderado empieza a mover hilos para que el resto de grandes empresarios que forman el sistema no le contratasen en sus plazas.
Y es que el poder de Matilla es inmenso. O al ser dueño de varias plazas como Valladolid pues le dice a los otros grandes empresarios que también son apoderados que sus toreros no van a torear en sus plazas. Pero su poder reside, sobre todo, en el plantel de figuras que controla. El poder que le da ser apoderado de Morante, de Manzanares, del Fandi, de Padilla en su año de despedida, controlar varias plazas importantes y tres ganaderías. Imagínate si él le dice a un empresario que como vaya Talavante a torear a su plaza, pues sus grandes figuras no van.
Toño Matilla es el líder y luego están el mexicano Bailleres, Ramón Valencia, y Simón Casas. Ellos son los grandes capos que controlan todo el negocio. Intercambiándose los toreros como si fuesen cromos, pactando precios y llevando a la práctica extinción la figura de empresarios y apoderados independientes. Tienen tanto poder que al final los toreros se ven obligados a contratarles como apoderados.
Solo El Juli, José Tomás y Enrique Ponce pueden ir por libre del sistema sin pasar penurias. Diego Urdiales hasta triunfar en Madrid y en Bilbao había toreado tres corridas. Este sistema es tan infranqueable que el todopoderoso jefe de la Liga Javier Tebas intento entrar y no pudo.