Luis del Val, a los que no evitaron la muerte de Samuel: "Cuidado con mantener la boca cerrada"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en los cobardes que miraron como pateaban a Samuel y no hicieron nada:
"No me gusta vivir en un país donde un chico de 24 años es pateado hasta la muerte, en las puertas de una discoteca, rodeado de gente que se limita a observar. No me gusta. Porque puedo intentar comprender el móvil que impulsa al miserable a asesinar a una anciana para conseguir un botín de veinte euros; o el ataque de ira que incita a un colérico a clavarle la navaja a otro en una discusión, pero no puedo comprender el placer de una manada que se dedica a pegarle patadas a una persona indefensa, a un ser igual que ellos, tendido en el suelo, y no parar hasta acabar con su vida.
Las bestias irracionales que nos rodean, desde los lobos a los caimanes matan por subsistir. El pez grande que se come al chico y no lo hace por placer sino para seguir viviendo. Pero estas bestias de La Coruña, sin agarrarse a una ofensa que no existía, han segado la vida de un joven de la manera más vil y más cobarde. Porque hace falta ser un cobarde para formar parte de un grupo de torturadores que patean a una persona indefensa que sólo se queja y sufre; hay que tener el alma podrida para participar en una acción tan llena de vileza e indignidad; y hay que poseer grandes de dosis de infamia y bellaquería para cooperar en la tortura y asesinato de una persona indefensa. Y, perdón, por lo que voy a decir, pero también hay dosis de cobardía entre los que miraron y se limitaron a observar y, después, en el mutismo de los testigos que, con miedosa pusilanimidad, no vieron nada, no conocían a nadie, no recuerdan lo que pasó.
Pues, cuidado con mantener la boca cerrada para evitarse complicaciones posteriores, porque pueden ser acusados de complicidad, y meterse en un lío. Ni siquiera hablo de deberes cívicos, y de que mañana podrían ser ellos los pateados, simplemente informo de algo que puede suceder y sucede. Pero no terminan aquí los cobardes, porque en Madrid, otro grupo de cobardes, sobre este asesinato colectivo se manifestaron para echarle la culpa a Isabel Ayuso, es decir que, por motivos políticos, los cobardes de Madrid usaron a la víctima de La Coruña como si fuera mercancía ideológica, que es algo así como escupirle al muerto. No, no me gusta esta falta de coraje, este apocamiento y esta cagalera, que estimula a que se practique, en público, la vocación de los verdugos sanguinarios".