Luis del Val: “Ya tenemos experiencia en confundir los deseos con la realidad”

Despide el profesor este 2021 al que diremos adiós en unas horas

Luis del Val

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Luis del Val aprovecha este día "Herrera en COPE" para despedir el 2021, que lo haremos en unas horas, y desearnos un feliz 2022:

En alguna ocasión he dicho, o he escrito, que la auténtica noche vieja de cada cual es la

. Y, desde luego,

. Claro que, como nos regimos por el calendario, de una manera cooperativa y solidaria aceptamos esta suave mentira

año a estrenar.

Como he vivido muchas noches de San Silvestre, trabajando en medios de comunicación, me aburren esas estadísticas que intentan comprimir la vida de tantos millones de personas diferentes en un puñado de cifras, porque lo que importan son las personas, no las cifras. Lo estremecedor de esas 89.300 personas que han muerto a causa de la pandemia no es la cifra en sí, sino la peripecia de los protagonistas, y ese dolor que causan entre las familias y los amigos las ausencias inesperadas.

Siempre que nos asomamos a un calendario por estrenar, sentimos ese misterio

tiempo,

que decía

“Si nadie me lo pregunta, sé qué es el tiempo. Pero si tuviese que explicárselo a alguien no sabría cómo hacerlo”. Sí, es muy difícil, porque intentamos atraparlo y se nos escapa; pretendemos que pase deprisa y se vuelve el animal más lento y perezoso

universo. Por si fuera poco, lo hemos dividido en tres partes -pasado, presente y futuro- lo que viene a complicarnos la comprensión

ahora mismo, y el presente huye debido a que, o bien estamos maquinando cómo podremos ser felices en el futuro, o, bien, recordando cuándo lo fuimos en el pretérito, lo cual nos conduce a vivir entre la nostalgia y los proyectos.

En la segunda mitad

siglo XVII, el filósofo

decía que “Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan

presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros”. Creo que lo pude comprobar, en la última Nochebuena que he vivido en este siglo XXI, contemplando a mis nietas en sus juegos y en su satisfacción evidente, minuto a minuto, con una regularidad envidiable.

Esta noche se abre otra etapa que no va a ser fácil de afrontar.

, y la realidad no parece obedecer a lo que deseamos, pero mantengamos la ilusión en el esfuerzo y no lo escatimemos. Por nosotros, claro, pero también por los que vienen, por esos que, como todavía son niños y no tienen ni pasado, ni futuro, disfrutan

presente porque creen que no se lo vamos a estropear. Y, aunque mañana no sea su cumpleaños, Feliz Año nuevo.