Del Val: “Ningún presidente de la UE hubiera admitido que su vicepresidente desprestigie su país"
El profesor Luis del Val pone el foco de atención de su imagen en las palabras de Pablo Iglesias sobre España
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en las palabras de Pablo Iglesias sobre España
Me duele, me duele bastante, pero no tengo más remedio que darle la razón a Pablo Iglesias sobre que España no está en plena normalidad democrática. Tiene razón.
Ningún país democrático de la Unión Europea, hubiera admitido que su vicepresidente de Gobierno, se hubiera colocado a favor de Putin, el que está rodeado de un grupo de sicarios, que parece que han hecho el curso de envenenadores por correspondencia y en horarios nocturnos, porque no terminan de matar con eficacia. Ningún presidente de Gobierno de cualquier país de la Unión Europea hubiera admitido que su vicepresidente se dedicara a desprestigiar al país que gobierna. Porque es posible que no sean pocos los primeros ministros que primen sus intereses personales sobre los de su nación, pero no de forma tan pública y tan palmaria, dando unas muestras de tanta mansedumbre, de tan deslumbrante sumisión y de tan evidente debilidad, que dejan al presidente Sánchez con escasa credibilidad dentro y fuera del país.
En ningún país democrático de la Unión Europea, hubiera sido posible que un vicepresidente de Gobierno colocara a su mujer de ministra sobre la base de su relación sentimental, y sin ningún mérito curricular, porque eso sólo sucede en el peronismo, y las dictaduras exóticas.
En ningún país democrático se ataca al poder judicial desde el poder gubernativo, como se hace sistemáticamente en España. Y, en ningún país democrático de nuestro entorno, la lengua común desaparece de las escuelas de una región, sin que haya una reacción judicial y, si la hay, se incumplen las sentencias, y eso se impulsa desde el propio Gobierno. Peor aún, en esa región se celebran elecciones el próximo domingo, y los secesionistas que han arruinado a sus ciudadanos, que han obligado a huir a miles, miles de empresas; que han logrado convertir una ciudad prestigiosa como Barcelona en una ciudad donde reina el nacionalismo más cateto, los mismos que han conseguido rebajar la renta per cápita y empobrecer incluso a sus propios votantes, puede que salgan victoriosos de las urnas, porque las víctimas, los que sufren el acoso y la persecución, es bastante posible que se queden en sus casas y no vayan a votar.
Todo eso, desde luego, no me parece una normalidad democrática.